CIRCULACIÓN. El puente es transitado a diario por peatones, con el peligro que ello conlleva. / LA VOZ
Jerez

El juicio por el estado del puente de San José Obrero se celebrará en diciembre

Una vecina denunció la peligrosidad del paso en 2007, a raíz de un accidente La afectada tendrá secuelas de por vida y culpa a la Administración de lo sucedido

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El próximo mes de diciembre se celebrará el juicio por el mal estado del puente de San José Obrero, que casi costó la vida a una vecina de la citada barriada en mayo del pasado año. Así lo ha podido confirmar este periódico, a través de unas fuentes que aseguran que la accidentada, María del Carmen Colón, sufre una incapacidad permanente a consecuencia de los hechos. Éstos se remontan al 17 de mayo de 2007, cuando la jerezana de 42 años cruzó por el polémico puente y, para esquivar a dos vehículos y evitar ser atropellada, se apartó de un salto con la mala suerte de que resbaló y cayó, fracturándose el tobillo.

A raíz de aquello, Colón tuvo que ser intervenida quirúrgicamente y le colocaron ocho tornillos en el tobillo izquierdo, algo que le ha impedido trabajar y que le ha obligado a someterse a una dura rehabilitación. Estos daños físicos, unidos a las secuelas psicológicas que le produjo el suceso, fue lo que le impulsó a llevar el caso hasta la justicia, con el fin de depurar responsabilidades. La otra parte implicada en el procedimiento es la Diputación provincial de Cádiz, en calidad de Administración competente, como corroboraron estas fuentes, que tendrá que hacer frente a las acusaciones como responsable del mantenimiento del puente.

Una pasarela que lleva años dando que hablar, desde que los vecinos de las barriadas afectadas, Palos Blancos, San José Obrero y las Flores, comenzaran a movilizarse en demanda de su destrucción y la construcción de un paso de peatones. No en vano, el peligro que presenta la infraestructura es más que evidente, y el accidente antes mencionado es sólo un ejemplo del riesgo que conlleva para las personas, ya que muchas han de cruzarlo a diario para ir a trabajar o recoger a los niños del colegio.

En 2001 los residentes de la zona consiguieron arrancar el compromiso municipal de crear el ansiado paso para peatones durante el año siguiente, tras un acuerdo cerrado con Renfe. Sin embargo, ese convenio no pudo materializarse ante la negativa del Ministerio de Fomento y del Consorcio Urbanístico de la Zona Ferroviaria, por lo que los vecinos crearon una plataforma a través de la que canalizaron todas sus reivindicaciones.

Tras otras promesas llevadas a cabo por el todavía alcalde, Pedro Pacheco, y por la diputada socialista Mamen Sánchez, por fin la Gerencia Municipal de Urbanismo aprobó en 2004 la construcción de la solicitada infraestructura. Los interesados frenaron entonces las protestas, pero lo cierto es que ese proyecto nunca terminó de ver la luz.

En la actualidad, la destrucción del puente es inminente, cuando comiencen las obras de integración de la vía férrea en la Zona Norte, de cara a la nueva línea del AVE Sevilla-Cádiz, lo que acabará con un problema histórico de la ciudad. Lo que no parece tan clara es la solución que se dará a este tema en tanto en cuanto duren las obras. Y es que, a pesar de que en el Plan General de Ordenación Urbana se recoge la habilitación de una vía de forma transitoria a la altura del parque Atocha, los vecinos han mostrado serias dudas sobre lo idóneo de esta medida, a la vez que han aportado nuevas alternativas a la misma. De cualquier forma, al polémico puente le quedan en todo caso unos pocos meses de vida, por lo que los afectados no pueden sino vanagloriarse de ello.

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