CC OO y UGT advierten de que no es momento de plantear un abaratamiento del despido

CC OO y UGT advirtieron ayer de que a pesar de la grave crisis por la que atraviesa España no es momento de siquiera insinuar un abaratamiento del despido. En un encuentro sobre el Diálogo Social, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, aseguró que las fórmulas tradicionales no valen en la actual tesitura y pidió «imaginación» a patronos y representantes de los trabajadores en el marco del diálogo social.

La CEOE y Cepyme reclamaron al Gobierno más y mejores medidas para el sector empresarial y una apuesta decidida por favorecer la liquidez de las compañías, sobre todo de las pymes. «Hoy no toca hablar de abaratar el despido». Así de categórico se mostró José María Fidalgo, secretario general de CC OO, quien resaltó la importancia de que funcionen los denominados estabilizadores automáticos, las cláusulas de salvaguarda para que los salarios se incrementen si la inflación supera las previsiones.

Está en el aire la renovación del Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva (ANC): las recomendaciones que cada año plantean sindicatos y patronos a los negociadores de los convenios colectivos. CC OO y UGT se muestran dispuestas a intentar alcanzar un acuerdo antes de que acabe el año, pero no a cualquier precio. Fidalgo sentenció que «los salarios no tienen culpa de nada».

El secretario general de UGT, Cándido Méndez, se mostró radicalmente contrario a cambiar «un sistema de revisión salarial que ha funcionado bien en los últimos años». En la misma línea, el presidente de la patronal de las pymes (Cepyme), Jesús Bárcenas, reconoció que el ANC «ha eliminado siempre mucha conflictividad». El contrapunto lo puso José María Lacasa, secretario general de CEOE, quien advirtió de que el nuevo acuerdo deberá reflejar la actual situación de crisis.

Diagnóstico y medidas

Pedro Solbes insistió en la vocación del Gobierno de incorporar el diálogo social a las decisiones políticas, y reconoció la necesidad de mejorar la lucha contra la precariedad (que, apuntó, entendida como temporalidad es casi imposible de eliminar del todo), así como de «garantizar la sostenibilidad de las pensiones en un horizonte de solvencia». El consenso entre sindicatos y patronales fue total en cuanto a la necesidad de reforzar las ayudas a familias y empresas y en fortalecer la competitividad de las empresas españolas.

La conveniencia de una política industrial más valiente fue otro de los puntos de encuentro. Méndez resaltó que la economía española «ha vivido de prestado» y contestó a Solbes que la imaginación ha de partir también del lado institucional. Y criticó la idea de involucrar a las agencias privadas de contratación en los expedientes de regulación de empleo. Fidalgo apostó por el «impuesto» cero para las actividades de I+D+i. CEOE calificó de «poco generoso» en inversiones el proyecto de presupuestos para 2009, y de «insuficientes» las medidas para aligerar la crisis a las empresas.