DEMANDA. Decenas de fardos de hachís se alinean en el muelle de Cádiz después de una operación en alta mar. / LA VOZ
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La Fiscalía antidroga reclama más medios ante el auge del narcotráfico en la provincia

El espectacular aumento de este tipo de delincuencia en Sanlúcar y Jerez, con ramificaciones de las mafias extranjeras, obliga a pedir un tercer fiscal especializado

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El 25% de todo el hachís incautado el año pasado en España fue requisado en suelo gaditano. Ése es uno de los datos que maneja la Fiscalía de Cádiz para argumentar que la lucha contra el narcotráfico en la provincia se está poniendo muy cuesta arriba. Aumentan los alijos, las detenciones, las acusaciones formuladas por los fiscales, pero esta cara tiene también su cruz: la entrada de droga por Cádiz es cada vez más intensa y las bandas que operan en la provincia son más violentas porque la competencia es mayor.

Por esos motivos, entre otros, la Fiscalía de Cádiz va a enviar hoy un informe al fiscal jefe antidroga, José Ramón Noreña, para recabar su apoyo a favor de incrementar los recursos del Ministerio Público para combatir este auge en puntos calientes como Jerez, Costa Noroeste y Sierra.

Este informe previo será la antesala a otro en el que se solicitará a la Fiscalía General del Estado que dote a la provincia con un tercer delegado antidroga que trabaje en exclusividad desde Jerez y que extienda su competencia a los municipios de la Costa Noroeste y la Sierra, donde el problema del narcotráfico se está agudizando como antaño ocurriera con la Janda. Y que, además, este profesional cuente con un compañero que sirva de apoyo.

En estos momentos, Cádiz es la provincia española que cuenta con más fiscales delegados antidroga. Pero es insuficiente, explicaba ayer a este medio la responsable del Ministerio Público en la provincia, Ángeles Ayuso. El aumento en un 61%de los procedimientos por salud pública entre 2006 y 2007; y del 54% en el número de acusaciones formuladas, complica la labor de los especialistas que hay ahora. La sección antidroga de la Fiscalía de Cádiz está compuesta por dos delegados en exclusiva para el Campo de Gibraltar, con un fiscal de apoyo, y Cádiz, con otros dos refuerzos -también hay otro especialista con destino en Ceuta y que depende orgánicamente de Cádiz-. Sin embargo, la explotación de la desembocadura del Guadalquivir, el incremento de redes en localidades serranas y la situación de Jerez como epicentro de la distribución de la cocaína en la provincia, han desbordado el trabajo que desempeña la delegada Ana Villagómez desde la capital.

El citado informe que sale hoy en dirección a Madrid se ha basado en los datos aportados por Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera a los que el Ministerio Público les solicitó que realizaran un diagnóstico actual. «Han elaborado unos estudios muy concienzudos y que aportan un análisis muy cercano de cómo está evolucionando el narcotráfico en la provincia», decía ayer Ayuso. Los cuerpos policiales corroboran que la ruta africana del hachís está siendo utilizada también para la introducción de la cocaína: «está entrando esta sustancia en coches que cruzan la aduana y muchas veces la mezclan con el hachís». Ésta sería una de las fórmulas alternativas a los buques o veleros cargados con toneladas de droga.

Luchas internas

El auge del narcotráfico ha traído también consigo la llegada de la competencia y la rivalidad por hacerse con el control del negocio entre bandas. Las investigaciones policiales han determinado que se está recrudeciendo la actividad de estas organizaciones, las cuales son más violentas. «Ya se están produciendo ajustes de cuentas, tiroteos y otras agresiones que han sido vinculadas con la droga», señalaba la fiscal Villagómez.

Utilizar las playas de Cádiz para alijar cargamentos ha dejado de ser un trabajo controlado sólo por nacionales. Está aumentando la presencia de marroquíes, que utilizan las pateras no sólo para transportar inmigrantes irregulares. Y según el informe de Vigilancia Aduanera, también se han detectado los movimientos de ciudadanos de la Europa del Este que están de paso en la provincia. Vienen a hacerse cargo del transporte, normalmente de cocaína, pero no se asientan en Cádiz.

La evolución del narcotráfico está estrechamente ligada a la demanda. Se consume más cocaína y, por tanto, se necesitan más estupefacientes en circulación. Este mercado es controlado por sudamericanos, de donde parte la cocaína hacia el resto del mundo. En Cádiz, Jerez es el centro de distribución provincial y hasta aquí llegan los enlaces de las mafias que operan en Madrid, principalmente, para suministrar de cocaína a las bandas de la zona.

Los movimientos de estos integrantes de mafias colombianas, en su gran mayoría, son cada vez más habituales y se están dejando ver incluso en los alejados pueblos de la Sierra, donde la Guardia Civil ya ha detenido a varios sudamericanos que iban a cerrar tratos.

Los cuerpos policiales también han desvelado en sus respectivos informes cómo a través de las intervenciones telefónicas se puede vincular los grandes alijos que entran por el Guadalquivir con vecinos de Trebujena o pueblos de la provincia de Sevilla que crecen al margen del río. Esos individuos son los capos, los propietarios de la mercancía y no simples distribuidores o transportistas como ocurría antes.

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