TELEVISIÓN Y RADIO

Llamadas a altas horas de la noche

Los 'call TV' han enganchado ya a medio millón de noctámbulos para disgusto de las asociaciones de consumidores, que los consideran un fraude

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Antes, por las madrugadas, podíamos disfrutar de películas, series, reposiciones u otro tipo de espacios que, fueran de la calidad que fueran, tenían contenido. Ahora esto es misión imposible a no ser que se recurra a alguna cadena temática de pago. Los denominados call TV pueblan las noches, se reproducen en la oscuridad y han terminado por asentarse en la programación hasta el punto de enganchar a medio millón de ciudadanos, según datos de la empresa de análisis de audiencias Corporación Multimedia. Seguro que los conoce. Son programas que utilizan una estética y mecánica muy similar: un escenario fijo con un presentador que plantea preguntas facilonas del estilo de adivine esta capital europea, R_MA, y que incita a marcar un número que aparece en pantalla para recabar las respuestas a cambio de dinero. Ahí está el truco: en obtener cuantas más llamadas mejor, a 1,10 euros desde el teléfono fijo.

Hasta hace poco, se emitían sólo en las televisiones locales como vía de ingresos. Hoy por hoy, las cadenas privadas nacionales rellenan más de 275 horas al mes con estos espacios. Entre unas cadenas y otras se cuentan hasta 16 programas de este tipo. Poco importa si el horario es infantil o no. Entre otros, tenemos Noche de suerte, en Telecinco, el más visto; Supernova y Adivina quién gana en Antena 3; Marca y gana y Suerte por la mañana, en Cuatro; Ganas de ganar y Despierta y gana (La Sexta).

Contra toda lógica

Todos han encontrado la oposición de varias organizaciones de consumidores, que se muestran convencidas de que esconden un fraude, porque no suelen respetar la lógica habitual del mercado. ¿Se equivocan? En primer lugar, porque como se emiten cuando el número de espectadores es escaso, los registros de audiencia que obtienen no afectan a la media obtenida por la cadena el resto del día. Además, son la solución más eficaz para rellenar un espacio de la programación en el que apenas se vende publicidad. En resumen, cuesta poco producirlos y dan beneficios. «El 80% de los ingresos se los lleva la cadena», explica Martín Bueno, portavoz de la Asociación de Empresas de Valor Añadido. A veces, la cadena también recibe un porcentaje variable por el volumen de llamadas, según lo pactado con la operadora de telefonía.

«Es un abuso de confianza de la gente y un negocio detestable, pero desde el punto de vista legal es difícil demostrar que mienten, porque advierten a quien llama de que puede ser seleccionado o no, y de vez en cuando eligen una llamada», explica Alejandro Perales, presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación. Y eso sin contar el mal uso del prefijo 905 del que algunos de estos espacios hacen, pues sólo están establecidos para llamadas ligadas al televoto y a sondeos.

Hace tres años, una televisión local de Madrid, Telesierra, fue clausurada y sus responsables encarcelados tras demostrarse que, mientras la presentadora del call TV animaba a marcar el número, había varias llamadas retenidas. Lo que reportaba beneficios era la duración de la llamada. Ahora el sistema es otro. Los call TV sólo pueden tener al concursante un máximo de tres minutos a la espera porque lo que quieren es que vuelva a llamar. Es decir, no interesa mantener la línea, sino las rellamadas.

Eduardo García Mantilla piensa que este tipo de programas pueden acabar resultando contraproducentes para las cadenas porque «degrada su imagen». El presidente de Corporación Multimedia propone navegar por el canal de vídeos virtual YouTube, donde los call TV han alcanzado verdadera trascendencia porque dejan momentos memorables para los programas de zapping.