CÁDIZ

«Nuestra ilusión era regresar»

De Toronto a Cádiz, el salto parece enorme. Y se convierte en gigante si en la ciudad canadiense uno se ha llevado 40 años, toda una vida, como hicieron José María Maestre y su mujer, Carmen Villero. Dos emigrantes que han regresado cuatro décadas después para establecer su hogar en Cádiz, la ciudad natal de él, de la que partió allá por 1967 hacia el país norteamericano con apenas 25 años y «ganas de ver el mundo», reconoce Maestre. Agarró las maletas y se lanzó a hacer las américas, en una época en la que media España emigraba, pero con destino a Alemania. Allí completó sus estudios de medicina, forjándose una prestigiosa carrera como cirujano español en Toronto, al otro lado del inmenso Atlántico que ahora contempla desde el balcón de su casa gaditana, en el Paseo Marítimo, un lugar en el que apenas había casas cuando partió de la ciudad.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Durante 40 años los viajes a España, tanto a Cádiz como a Granada, de donde es natural su mujer, se hicieron frecuentes. Pero su sueño era regresar definitivamente y la capital gaditana fue la elección desde un primer momento para establecer su nuevo hogar. «Volver a España siempre fue una ilusión», reconoce José María, que pese a todo no renuncia de su segunda patria canadiense «donde estábamos muy bien».

El regreso, por supuesto, «no fue fácil» ya que supuso, inevitablemente, abandonar el círculo de amigos (muchos de ellos españoles), una casa, una vida... Sus dos hijas y sus nietos siguen, de hecho, en el continente americano, en Nueva York. Pero fue precisamente el traslado del tercero de sus vástagos a Madrid lo que los motivó a cruzar el océano. «Ya nos habíamos jubilado y decidimos volver»

«Cádiz es una buena ciudad para vivir», cree Maestre, ahora que el trabajo no es su prioridad.