CRÍTICA DE TV

Guantes

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Ya lo decía Gloria Fuertes, aquel prodigio ripioso de la transición infantil: Niño, quítate los guantes,/ que vas a comer guisantes (ya, sí, lo siento: la España contemporánea da de sí lo que da). La cosa es que TVE-1, dispuesta a comerse los guisantes del share, se ha quitado los guantes y ha suspendido la emisión de Guante blanco, esa serie nacional de intriga donde un amable policía y un no menos amable ladrón juegan al ratón y al gato. ¿Por qué han quitado Guante blanco? Por problemas de audiencia.

Guante blanco funcionó bien en su estreno, el 15 de octubre pasado, en la estela de un partido de fútbol; la semana siguiente, sin fútbol, las cañas se tornaron lanzas. TVE-1 hizo entonces lo que nunca hay que hacer (pero casi todos hacen) cuando de verdad se quiere apostar por un programa, a saber, cambiarle el día de emisión, para desconcierto del público. Así vimos de repente a Guante blanco surgir en una noche de viernes, emplazamiento realmente suicida, porque a esa hora ya hay un producto que raramente va a perder público (Dónde estás corazón) y un segundo rival que, para más inri, es otra serie policial española con mayor arraigo, El comisario de Telecinco. En ese contexto, el único destino posible de Guante blanco era el naufragio, que es efectivamente lo que ocurrió. ¿Merecía Guante blanco un final tan triste? No. Este producto no es Canción triste de Hill Street, ciertamente, pero es decente, está bastante bien interpretado, la historia se esfuerza por ser inteligente y, en cuanto a calidad técnica, exhibe un nivel más que aceptable. Quienes más echan mano de ese recurso son (aparte de los consumidores obsesivos de documentales extranjeros, como un servidor) los más jóvenes de la casa, que buscan productos específicos y, normalmente, ajenos a la atmósfera de historias como Guante blanco, que más bien parece dirigida a un público maduro.

Manda narices, por mencionar una casta parte de la anatomía, que desaparezca Guante blanco en el sumidero de Internet y, por el contrario, TVE mantenga en pantalla Plutón BRB Nero. Pero, en fin, así es TVE: siempre inescrutable en sus designios. Tristeza.