INOCENTES. Un momento del juicio celebrado en 2003 en la Audiencia Provincial. En primer término aparecen los acusados. / LA VOZ
Jerez

Los nuevos análisis de restos del caso Holgado tampoco arrojan luz

El informe ha resultado negativo y no determina a quiénes pertenecen Aún quedan pruebas por analizar

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Las pruebas vuelven a exculpar por enésima vez a los repetidamente inculpados -y parece que eternamente sospechosos- por el asesinato de Juan Holgado el 22 de noviembre de 1995. Los nuevos análisis realizados a los restos recogidos en la gasolinera de Martín Ferrador -donde tuvo lugar el crimen- al menos así lo confirman. Lo que dicen en realidad los resultados es que no se puede determinar con un mínimo de certeza a quiénes corresponden, por lo que siguen sin existir pruebas concluyentes que les incrimine.

La historia se repite. El Instituto de Toxicología de Sevilla ha remitido ya al Juzgado de Instrucción número 1 los primeros resultados de los informes encargados. Vuelven a ser negativos. Vienen a decir que de los estudios realizados no se puede desprender con seguridad a quiénes pertenecen los restos analizados. Es decir, lo mismo que se determinó en un primer momento tras el crimen.

Eso por lo menos es lo que han asegurado en el propio juzgado jerezano a Antonia Castro, madre de Juan Holgado, días atrás, cuando los resultados todavía no habían sido ni siquiera remitidos a su abogado. Pero, a pesar de todo, le dejaron una puerta abierta a la esperanza, ya que siguen pendientes los informes de otros restos encontrados en la gasolinera y que al parecer han sido remitidos a otro departamento para su análisis. Y entre los mismos se encuentra uno que siempre se ha considerado clave en este caso: un envase de tetrabrik con manchas de sangre que podría pertenecer al autor o uno de los autores del asesinato. O al menos a alguien que hubiese estado en la gasolinera la fatídica madrugada de hace casi 13 años.

La petición

El representante de la familia Holgado-Castro, José Miguel Ayllón, presentó el año pasado un escrito en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jerez reclamando que se volviesen a hacer una serie de pruebas y estudios concretos, aprovechando las nuevas tecnologías y los avances en los procesos y técnicas correspondientes producidos desde la fecha del asesinato. La petición se centraba en dos apartados: las huellas dactilares y diferentes restos de ADN.

Sobre el primero recordaba que en el interior de la gasolinera se encontraron numerosas huellas de las que se sacaron fotografías que obran en autos. Cabe recordar que el resultado del estudio lofoscópico realizado en su día fue negativo, es decir, que se determinó que las huellas no pertenecían a nadie ni que estuviera fichado o poseyera DNI. Esto «resulta increíble e induce a pensar en una mala o defectuosa realización de la diligencia», ha asegurado en repetidas ocasiones Ayllón.

Acerca de la prueba de ADN apuntaba que, en un primer momento, se realizó por el Instituto de Toxicología de Sevilla y los medios con los que se contaban entonces eran muy escasos y «no se buscaban todos los alelos o factores», señalaba el escrito en cuestión. Añadía que todavía pueden hacerse, además, nuevas diligencias válidas sobre el ADN. Por eso pedía informes sobre, por ejemplo, las ropas del fallecido y las puntas de navaja y otros objetos encontrados en la casa de uno de los acusados en su día.

Situación judicial

Se escribe así un capítulo más en un caso que parece condenado a no tener culpables. Cabe recordar que el Tribunal Supremo desestimó el 7 de noviembre de 2006 el último recurso que, a la desesperada, había presentado la familia y confirmó la absolución de los cuatro hombres que, por dos veces, se habían sentado en el banquillo de los acusados. El siguiente recurso fue al Constitucional. Han pasado casi dos años y aún no se ha pronunciado. Ni tan siquiera ha dicho -al menos que se sepa- si lo admite a trámite, algo que no debería tardar en suceder, según han señalado a este medio diferentes fuentes judiciales y el abogado de los Holgado, José Miguel Ayllón.

Es la penúltima esperanza que le queda a la familia de que se haga justicia. La última será, en caso de que el Constitucional desestime el recurso -algo que en principio parece bastante probable-, el Tribunal Europeo, al que también piensa acudir la familia en caso de ser necesario.

wjamison@lavozdigital.es