informe de la ocde

España crece en investigación y desarrollo, pero sigue lejos de la media de la UE y los países desarrollados

El país ha superado la barrera del 1% del PIB dedicado a estos menesteres (1,2%), pero la Unión Europea llega al 1,76%

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España ya dedica el 1,2% de su Producto Interior Bruto (PIB) a investigación y desarrollo (I+D), pero todavía sigue lejos del 1,76% medio de la Unión Europea (UE) y del 2,26% de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), según un estudio publicado hoy por esta última organización.

En 2001, España destinaba a I+D el 0,9% de su PIB y ahora invierte el 1,2%, un "proceso de avance significativo" pero lejano aún de lo que invierten de media el resto de países desarrollados, según revela el presidente del comité de Ciencia y Tecnología de la OCDE, Luis Sanz.

"Alcanzar el 1% del PIB era un referente y ya se ha superado", ha comenzado Sanz, quien subraya que España es el país de los 30 países miembros del 'club de los desarrollados' que más ha crecido en los últimos ocho años en términos de gasto empresarial en I+D, con un incremento de en torno al 15%.

La inversión española en I+D ha crecido desde 2004 y alcanzó los 8.100 millones de euros en 2007, señala la OCDE en su estudio, titulado Dinamismo global en ciencia, investigación y desarrollo, publicado cada dos años.

Sin embargo, "a pesar del fuerte crecimiento económico de la última década, el incremento de la productividad laboral ha sido modesto", agrega el informe. Según éste, la expansión del PIB por hora trabajada desde 2001 fue del 0,9%, frente al avance del 1,8% de media del conjunto de la OCDE.

"Los gobiernos regionales son cada vez actores más importantes en innovación y han desarrollado sus propias políticas de I+D de innovación", aunque estos esfuerzos regionales en ese sentido siguen concentrados en Madrid y Cataluña, que acaparan la mitad del total, dice el informe.

Retos pendientes

La OCDE identifica varios retos en el sistema de innovación español, como superar la dispersión de la financiación pública de la investigación, el bajo impacto de la producción científica, la moderada innovación, la falta de movilidad de los investigadores y una débil coordinación de las políticas de innovación.

En el campo de los recursos humanos es donde más ha aumentado el I+D en los últimos ocho años, con un incremento de los trabajadores cualificados que hace que los empleos sean más resistentes a los cambios de ciclo, dijo Sanz.

El país "se está comportando bien" en la producción de artículos científicos, donde se ha alcanzado un "nivel equivalente al peso de España" y empieza a haber "visibilidad española" en el ámbito de las patentes, agregó.