Cultura

Altamira, la espera interminable

Hay eventos para los que la cola de espera puede ser, sin exagerar demasiado, cercana a la eternidad. Es el caso de Altamira. Desde el 1 de septiembre de 2002, en la cueva de Santillana del Mar (Cantabria) se han interrumpido las visitas hasta que se cierre un estudio sobre las condiciones de conservación del yacimiento. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Patrimonio Histórico Español analiza «los parámetros ambientales y el grado de contaminación microbiológica» de la cavidad para determinar su estado de conservación y establecer un nuevo régimen de visitas, pero nadie sabe cuándo comenzarán.

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Tanto el gobierno de Cantabria como el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira desean abrir «con restricciones». El director de este último, José Antonio Lasheras, ha aventurado recientemente que en otoño del año que viene podría reabrirse la cueva. «Y entonces», añadió, «ojalá todos puedan sentir la emoción que supone entrar en Altamira».