CALLE PORVERA

Confianza en la economía

Debo ser un poco tonta, tal vez mis conocimientos no me den para entenderlo, pero lo que no dejo de preguntarme una y otra vez cuando veo y leo las noticias estos días es dónde se habrá metido todo el maldito dinero que pierden las Bolsas, que ha desaparecido de los bancos de inversión que han quebrado -como Lehman Brothers- y que no hace tantos meses circulaba por el mercado.

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Cuando ocurren estas catástrofes económicas mundiales a mí siempre me da la sensación de que a algunos les toca hacer el primo, y cuanto más que analizo la cuestión más convencida estoy de que ese papel nos toca jugarlo a los curritos de a pie, que vemos cómo el Euríbor de la hipoteca nos sube otros 100 euros pese a que los bancos centrales rebajen los tipos; o los jubilados y empresarios que después de mucho trabajo a lo largo de su vida decidieron adquirir con sus ahorros bonos de inversión «hiperseguros» y a los que un tiempo después les han llamado del banco para decirles que habían comprado en ese banco de EE UU que ha quebrado, pese a que ellos firmaron en una sucursal de su barrio, y que aquellos 21.000 euros que invirtieron ya no existen; o a los trabajadores a los que la crisis está aparcando en el paro en esta curiosa forma de repartir entre todos las consecuencias de los desastres económicos que, sin embargo, no tiene paralelo en los tiempos de bonanza.

Y yo sigo buscando y preguntándome en qué cajón de qué empresa, entidad o país estarán esos billones y billones que hemos perdido todos -¿o se han volatilizado?-, y sigo mirando de reojo los pocos fondos que aún tengo en el banco, mientras escuchó a los gurús del parqué bursátil insistir sin descanso en que la solución a todos nuestros problemas está en recuperar la confianza. ¿En quién?, me pregunto yo.

ppacheco@lavozdigital.es