KAMIKAZE. Soldados de la Isaf junto a un terrorista suicida abatido en Kabul. / AP
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Tropas españolas repelen un ataque talibán cuando protegían un convoy

En el intercambio de disparos producido en la provincia afgana de Badghis murieron dos insurgentes

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El Ministerio de Defensa confirmó ayer el ataque perpetrado el sábado por la mañana por un grupo de insurgentes contra tropas españolas y afganas que escoltaban un convoy del Programa Mundial de Alimentos en la provincia de Badghis y aseguró que no tiene constancia oficial de cuál de los contingentes causó la muerte de dos de los rebeldes.

Un portavoz del Departamento que dirige Carme Chacón explicó que convoy iba acompañado por militares españoles pertenecientes al Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT), con sede en la capital de la región, Qala-I-Now. Las tropas sufrieron un «hostigamiento» y respondieron al fuego, según la misma fuente, que señaló que los dos insurgentes murieron en «el intercambio» de disparos. Sin embargo, Defensa rechazó especificar el número de soldados españoles que participaban en la escolta, así como el momento en que se produjeron los hechos.

La confirmación del ataque por parte del ministerio se produjo veinticuatro horas después de que se llevara a cabo, ya que del mismo informó el sábado la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (Isaf) en un comunicado. La fuerza de la OTAN señaló que la acción tuvo lugar por la mañana y que los militares españoles defendieron el convoy y repelieron el ataque con fuego para avanzar hasta la posición de los insurgentes.

Cuando llegaron al lugar desde donde se inició el ataque, los efectivos de la Isaf encontraron «dos insurgentes muertos, cerca de seis motocicletas destruidas y algunas granadas autopropulsadas». La fuerza aliada en Afganistán condenó con dureza el atentado por el objetivo elegido por los insurgentes. «Con su intento de detener el reparto de comida a los ciudadanos más necesitados y de confiscar su propiedad en la carretera, estos enemigos de Afganistán han demostrado su total desprecio por el pueblo al que aseguran servir», señaló en una nota.

España mantiene en el país asiático un contingente de más de setecientos militares desplegados en el marco de la Isaf. El grueso de las tropas, lideradas en esta rotación por la Brigada Paracaidista (Bripac) se encuentra desplegado al frente de la Base de Apoyo Avanzado de Herat y el Equipo de Reconstrucción Provincial de Badghis (PRT), en la zona occidental afgana.

El ataque contra el convoy protegido por tropas españolas coincidió con las confirmación por parte de la Alianza Atlántica de que un centenar de integristas han muerto en los últimos días en dos operaciones de fuerzas conjuntas en la provincia de Helmand, uno de los bastiones de la insurgencia talibán. El portavoz del gobernador de la región, Daud Ahmadi, explicó que un grupo de rebeldes trató de asaltar varios puestos policiales que forman el cordón de seguridad alrededor de la capital de la conflictiva Helmand, Lashkar Gah.

Bombardeos aéreos

Los agentes respondieron al ataque con el apoyo de soldados de la Isaf. Al intercambio de fuego le siguieron bombardeos aéreos aliados. Según Ahmadi, 62 supuestos talibanes murieron durante el transcurso de esta ofensiva, en la que de momento las fuerzas afganas y extranjeras no han sufrido bajas entre sus filas.

En un comunicado, la Isaf confirmó su participación en la operación y aseguró haber conseguido desbaratar «un ataque combinado planeado por las fuerzas enemigas» contra complejos de las fuerzas de seguridad afganas. La OTAN detalló que un grupo de insurgentes se concentró en las afueras de la capital de Helmand para lanzar un ataque con morteros, al que las fuerzas internacionales y afganas respondieron en un «excelente ejemplo de operación conjunta», que aún continúa.

«Durante el contraataque, las fuerzas aliadas llevaron a cabo con éxito un bombardeo en el que múltiples fuerzas enemigas murieron», rezaba el comunicado, sin especificar el número de víctimas mortales.

Tanto la Isaf como la coalición liderada por EE UU, bajo mando directo de Washington, acostumbran a lanzar ataques aéreos cuando las tropas de tierra piden apoyo o en las operaciones de mayor calado.