El inspirador paradójico

Los dirigentes de los países de la zona euro encontraron ayer inspiración en París en las ideas del Reino Unido, el país más alérgico a su moneda única. Gordon Brown, el primer ministro británico, se encargó de encarnar la paradoja con una explicación personal de su plan en los prolegómenos de la cumbre del Eurogrupo.

«Voy a París a convencer a los demás países europeos de que adopten el enfoque global que hemos tomado en Gran Bretaña» explicó antes de viajar a la capital francesa. El plan de Londres combina las nacionalizaciones parciales y las garantías a los préstamos entre bancos. Prevé 50.000 millones de libras (62.500 millones de euros) de dinero público para entrar en el capital de las entidades más débiles y 250.000 millones de libras (315.000 millones de euros) para garantizar los intercambios entre bancos.

Al término de su reunión con los líderes del Eurogrupo, Brown se declaró convencido de que la confianza en el sistema financiero quedará restaurada a corto plazo. «Las decisiones que vamos a tomar en los próximos días tendrán efecto en los tres años venideros», pronosticó.

Brown, que llegó con un cuarto de hora de retraso a la cita, fue recibido en el palacio Elíseo por Nicolas Sarkozy antes del comienzo de la cumbre del Eurogrupo. Le acompañaron en la entrevista los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet; y del Eurogrupo, Jean Claude Juncker.

El presidente francés aprovechó la llegada de Barroso para confirmar que el Gobierno francés anunciará mañana, lunes, un paquete de medidas a escala nacional para responder a la crisis financiera. Organizado ordinariamente los miércoles, el Consejo de Ministros ha sido adelantado con carácter extraordinario con la finalidad de aprobar un proyecto de ley encaminado a garantizar por el Estado la refinanciación de los bancos franceses. El texto, muy corto, debería ser examinado por vía de urgencia esta misma semana en la Asamblea Nacional (Cámara de los Diputados).