DESTROZADO. Estado en el que quedó el veehículo que conducía Haider después de la colisión en la que perdió la vida. / AFP
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La trágica muerte de Haider trunca el futuro de la extrema derecha austríaca

El líder ultraderechista perdió la vida en un violento accidente de coche

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Un accidente de tráfico acabó con la vida de Jörg Haider, el líder histórico de la extrema derecha austríaca, y uno de los políticos más influyentes del país.

Haider, quien era gobernador del estado federado de Carintia y líder del partido BZÖ, murió hacia la una y media de la madrugada de ayer, después de sufrir graves heridas a consecuencia del fuerte impacto de su vehículo contra un pilar de hormigón y dar varias vueltas de campana.

El accidente se produjo, al parecer, cuando el político perdió el control del Volkswagen Phaeton que conducía durante una maniobra de adelantamiento a más de los 70 kilómetros por hora permitidos en ese trayecto, según las estimaciones policiales. El siniestro sucedió en la localidad de Lambichl, cerca de Klagenfurt, situada a unos 320 kilómetros al sur de Viena. El impacto «le causó gravísimas heridas en el pecho y la cabeza, tenía la columna vertebral probablemente rota, y el brazo izquierdo casi seccionado», explicó Thomas Koperna, del hospital de Klagenfurt, tras precisar que murió cuando acababa de llegar al centro.

«El fin del mundo»

Los austríacos amanecieron ayer inmersos entre la incredulidad y el asombro al conocer la muerte de Haider. «Esto es inconcebible, triste y muy trágico», dijo el portavoz de Haider, Stefan Petzner, entre lágrimas y con la voz entrecortada, después de haber descrito la muerte de su jefe de filas como «el fin del mundo».

El canciller federal austríaco en funciones y ex jefe del SPÖ, Alfred Gusenbauer, manifestó «su profundo pesar» por la muerte de una persona que marca «un antes y un después» en la vida política del país. Por su parte, el presidente austríaco, Heinz Fischer, calificó al fallecido de un «político de gran talento», que generó entusiasmo pero también críticas y fuertes debates. Heinz-Christian Strache, presidente del FPÖ, dijo sentirse «muy afectado» y describió a su mentor político como «una de las personas más influyentes de la II República austríaca».

Su bastión político, Carintia, quedó abatida. «Hoy en Carintia no sale el sol», dijo el vicegobernador del estado federado, Gerhard Dörfler, quien asumió provisionalmente el cargo de jefe regional.

La muerte e Haider ha truncado el futuro de su partido, y llena de incertidumbre el destino del BZÖ, un proyecto personalista basado casi exclusivamente en su presencia política. Esto ha generado una ola de especulaciones acerca de una posible fusión con el FPÖ.