CONTUNDENTE. Sarah Palin gesticula durante un acto de campaña en Los Ángeles. / AFP
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«Obama tiene amigos terroristas»

Sarah Palin endurece la campaña al acusar al aspirante demócrata de relacionarse con radicales que atentarían contra Estados Unidos

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Tal vez envalentonada por la buena imagen ofrecida en el debate que mantuvo con el demócrata Joe Biden el pasado jueves, la candidata a la vicepresidencia republicana, Sarah Palin, pasó en pocas horas al ataque. El sábado, la gobernadora de Alaska arremetió contra Barack Obama, que mantiene una clara ventaja en las encuestas sobre su rival, John McCain. Palin lanzó un dardo envenenado en el que acusó al senador por Illinois de tener amigos terroristas.

Haciendo gala de su alma de barracuda envuelta en la piel de un pit bull, la segunda de McCain no se mordió la lengua al afirmar que Obama «mantiene contactos con terroristas que atentarían contra su propio país». Un voraz ataque que la campaña del candidato demócrata no dudó de tildar como «politiquería barriobajera».

La aspirante a la vicepresidencia argumentó su comentario en un artículo publicado por The New York Times sobre Bill Ayers, fundador del grupo radical Weathermen, implicado en varios atentados contra el Pentágono o el Capitolio en los años sesenta. El rotativo señalaba que Obama y Ayers son vecinos y además se han encontrado alguna vez pero siempre de forma «casual».

El diario indicaba que Ayers, ahora profesor, coincidió con Obama en Chicago en algunas reuniones sobre la reforma escolar en los años noventa y «sus caminos se han cruzado esporádicamente desde entonces». Sin embargo, añadía que la relación entre «los dos hombres no parece haber sido estrecha y tampoco el senador afroamericano expresó nunca simpatía por los radicales puntos de vista y las acciones del señor Ayers». Según The New York Times, Obama siempre se ha referido a Ayers como «alguien que vive en mi vecindario» y «alguien a quien conozco porque trata asuntos de educación de Chicago».

Un portavoz de la campaña demócrata, Hari Sevugan, respondió en un comunicado que el equipo de McCain «en lugar de ofrecer soluciones» ha llevado «su desacreditada y deshonrosa campaña un paso más allá» para lanzar «más ataques personales contra el senador Obama». «En lugar de soluciones, ofrecen politiquería barriobajera y ataques falsos», agregó. Los analistas políticos del partido tampoco dudaron en tildar de racistas esas declaraciones y dejaron claro que el mes escaso de campaña electoral que resta se va a convertir en un verdadero campo de batalla. «El problema es el mensajero. Si uno quiere comenzar a arrojar bombas incendiarias, no envía a la ingenua conejita a hacerlo. Creo que la gente no toma en serio a Sarah Palin», explicó a Associated Press la analista demócrata Jenny Backus.

Amistades peligrosas

Muchos apuntan a que este cambio de estrategia de la formación conservadora tiene como objetivo volver a poner de manifiesto las relaciones entre Obama y el controvertido ministro cristiano Jeremiah Wright, así como otras amistades peligrosas del candidato demócrata que tantos quebraderos de cabeza le dieron en la precampaña. Entre ellas también destaca la del congresista demócrata por Pensilvania, Chaka Fattah. Su extremismo y reticencias en el apoyo estadounidense a Israel es de sobra conocida en la Cámara alta, lo que no deja de ser una postura muy peligrosa dadas las históricas y estrechas relaciones entre ambos países.

Durante sus campañas para el Senado, Obama contrató a numerosos seguidores de Louis Farrakahn, líder de la organización Nación del Islam. Además, entre sus consejeros en política exterior, se encuentran nombres como Samantha Power, Robert Malley, Susan Lake y Zbig Brzinski, conocidos por sus posiciones antihebrea. Aunque no parece justo juzgarle por esos hechos, sobre todo a estas alturas de la carrera hacia la Casa Blanca, lo cierto es que Obama se encuentra rodeado por numerosas personas cuyas perlas lingüísticas podrían jugarle malas pasadas y tanto Palin como McCain están dispuestos a utilizarlas como baza electoral.