RECHAZO. El concejal Javier Durá fue el más crítico con el Ejecutivo local. / JAVIER FERNÁNDEZ
Jerez

El Gobierno de Pilar Sánchez impone de nuevo el 'rodillo' para aprobar el PGOU

El Plan General viajará a Sevilla con el rechazo rotundo de toda la oposición El PP dice que el documento sirve a los intereses socialistas y nace «de rodillas»

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La oposición volvió a escenificar, por enésima vez consecutiva (hasta los concejales parecen haber perdido la cuenta de cuantas veces ha ido ya el PGOU a Pleno), su rechazo absoluto al documento urbanístico que regirá el crecimiento de la ciudad para la próxima década. A pesar del disgusto del delegado de Urbanismo, Juan Pedro Crisol, el PSOE se quedó de nuevo solo en sus planteamientos y tuvo que imponer su mayoría absoluta para que (al fin) el Plan General de Ordenación Urbana fuera aprobado provisionalmente y remitido a la Junta, que deberá darle el visto bueno definitivo de aquí a final de año.

«Han metido ustedes un gol en propia puerta a la ciudad, en la portería de los jerezanos», aseguró Crisol, que emplazó a la oposición a justificar «por qué votan en contra de 11.000 VPO, de nuevas zonas verdes y para equipamientos...» y, en definitiva, de «los intereses generales de la ciudad».

Respuesta

El aluvión de críticas de la oposición no se hizo esperar. Quien más duro estuvo en el contenido, que no en las formas, fue Javier Durá. Sin despeinarse, y con ese tono tranquilo y moderado que le caracteriza, el concejal popular llamó al plan «disparate de dos gobiernos sucesivos de la señora Sánchez» y se negó a apoyar un documento «supeditado a intereses inmobiliarios», cuyas modificaciones han sido «dictadas por socios listos, amigos del PSOE».

En palabras de Durá, un PGOU que no se ha conseguido librar de «puntos oscuros e hipotecas», que nace por tanto «de rodillas» y que «hace bueno el documento de 2006», cuyo principal artífice fue Pedro Pacheco.

En cuanto al área de oportunidad pactado con la Junta, en Cerro del Moro, denunció que «son 15.000 viviendas de golpe al margen del PGOU, más de las que hay en toda la Sierra de Cádiz, si exceptuamos Arcos». Las críticas a los terrenos dispersos que traza el documento (Prados de Montealegre, La Jerezana) y a los «derroches» del Ayuntamiento en «tiempos de crisis» completaron un discurso que justificó, sobradamente, el «no» de los populares.

Desde las filas andalucistas, el portavoz del PSA, Juan Román, expuso su decálogo de razones para concluir que se trata de un plan «sobredimensionado e insostenible», además de dudar de los «oscuros intereses» a los que obedece en algunos casos, poniendo de ejemplo a Nueva Jarilla.

«Usted -se dirigió Román al responsable de Urbanismo- y los técnicos han actuado al dictado de la señora Sánchez. Es usted el delegado de Urbanismo que menos manda de todos los que conozco».

El portavoz del PSA también tuvo palabras de reproche para la «prepotencia» que, a su juicio, está caracterizando al Gobierno local y a la alcaldesa: «La calle ya es un clamor contra ustedes y llevan poco más de un año. La gente está harta».

Joaquín del Valle, de IU, denunció que «se siga apostando por un crecimiento desmedido» y destacó que, en conjunto, se vayan a sobrepasar las 60.000 nuevas viviendas, frente a las 25.795 recogidas de manera oficial en el PGOU. Ello en previsión de que haya nada menos que casi 370.000 habitantes de aquí a 2018, puntualizó Del Valle.

Al final, el portavoz de IU se hizo eco de los relatos de viaje de Marco Polo para manifestar su visión de lo que debe ser una ciudad, diferente a la del delegado de Urbanismo, quien confesó ser más proclive a la que define Tomás Moro en su Utopía.

Poco más trascendió de un debate ya repetido varias veces. Eso sí, faltó la guinda del discurso final de la alcaldesa, a quien le sentó mal que la acusaran de dar «mítines».