PRESENTACIÓN. De izquierda a derecha, Sánchez Rojas, González Saucedo y Romero. / NURIA REINA
Jerez

Los empresarios recomiendan calma con las subidas fiscales

La Confederación pide a los ayuntamientos que no aviven la crisis con incrementos en sus propios tributos

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Los círculos viciosos son círculos porque no dejan de dar vueltas y viciosos porque guardan trampas desagradables. Una de las circunferencias más peligrosas de la actual crisis económica podría ser la siguiente: hay menos dinero en la sociedad, se compran o construyen menos casas (golpe al Impuesto de Construcciones o a las licencias urbanísticas), se compran menos coches (el tributo de Vehículos se resiente) y los negocios se lo piensan dos veces antes de abrir (adiós a las licencias de apertura). El resultado es que los ayuntamientos ven mermada su recaudación vía impuestos y llega la tentación de subirlos para compensar un poco.

En esto que viene la Confederación de Empresarios de Cádiz y advierte a los consistorios sobre esta opción: «Esa salida no haría más que agravar la difícil situación que estamos atravesando», avisó el presidente de la patronal, Miguel González Saucedo, durante la presentación de la duodécima edición del informe de tributos locales (que defienden como una herramienta de información y no como un ataque a nadie).

González Saucedo consideró normal que se piense en subidas impositivas en los momentos difíciles, pero señaló que el remedio sería peor que la enfermedad.

La preocupación preventiva de los empresarios va acompañada de otra hacia el presente. Hasta seis ayuntamientos revisaron sus catastros durante 2008, con lo que se dispararon las cuotas del Impuesto de Bienes Inmuebles. Al haber realizado la operación durante el primer año serio de la crisis mundial, los propietarios se han encontrado con que la valoración que se les hizo se ha situado por encima de lo que valen ahora sus casas y, sobre todo, de lo que podrían valer en un par de años (pagan de más por unas viviendas sobrevaloradas, en suma). Del mismo modo, la situación podría ser más grave aún para los ayuntamientos que hagan la revisión durante los próximos meses: por un lado, no sería tan traumático el alza del IBI, pero los ciudadanos se encontrarían con un valor de sus casas muy pequeño, con lo que eso supone para posibles tasaciones.

¿Y dónde podría suceder esto? Aquí es donde está el verdadero problema, puesto que tras las revisiones de Jerez, Chiclana o Conil en 2008, hay 13 municipios en la provincia con catastros de más de 10 años (que es el plazo que se recomienda acatar para no desvirtuar demasiado el proceso). Entre ellos, están Cádiz (pendiente desde 1996), El Puerto (1994), Puerto Real (1996), Barbate (1994), Tarifa (1994), San Fernando (1999) y Sanlúcar (1999). Los municipios gaditanos con un Catastro más anticuado son Alcalá del Valle y Grazalema (1986).