El seísmo fue la comidilla de todos los vecinos. / A. ROMERO
Sierra

Un seísmo de 4,7 grados en la escala Ritcher, con epicentro en Morón, se siente en la Sierra

Buena parte de los vecinos de las localidades de Algodonales, Puerto Serrano y Prado del Rey se despertaron con el movimiento del terremoto, que se convirtió en el protagonista de todas las conversaciones

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Un terremoto de 4,7 grados en la escala Richter dejó sentir ayer de madrugada en cinco de las ocho provincia. Pero haciendo un análisis más localista, y debido a las réplicas del seísmo se sintió en las localidades serranas de Algodonales, Puerto Serrano y Prado del Rey.

El seísmo, cuyo epicentro fue «muy superficial» con profundidades «entre 5 y 10 kilómetros», también pudo sentirse en las poblaciones serranas más cercanas al municipio sevillano. Ese fue el caso de Puerto Serrano, Prado del Rey y Villamartín, entre otras localidades. En todas ellas, este suceso despertó a buena parte de sus habitantes y fue protagonista de todas las conversaciones de ayer.

Tres jubilados de la localidad villamartinense, Ramón Holgado, Manuel Pavón y Francisco Gil, departían ayer sobre este asunto a las puertas del Casino Cultural. Ramón aseguraba que «lo he sentido como si alguien se acercara a mi y me moviera la cama, por lo que me desperté al instante», algo que compartía Francisco. Manuel, sin embargo, aseguraba que «yo, si te soy sincero, he sentido algo pero no lo había asociado con un terremoto», de hecho le dijo a su mujer «vamos a tener que cambiar la cama o apretarle los tornillos porque no veas como se ha movido al darme la vuelta».

Isabel Perea, otra vecina de la localidad, tampoco lo asoció con un movimiento sísmico, de hecho «pensé que era cosa de los mareos que a mi me entran e incluso me tomé la pastilla para las cervicales», asegurando que «fue más tarde cuando mi hija me llamó para decirme que lo estaban comentando en la residencia de ancianos, por lo que ya supe que había sido un terremoto».

Trabajando le pilló el seísmo a Antonio Sánchez, operario municipal, «yo estaba en la plaza de abasto y las persianas de los puestos comenzaron a moverse, en cuestión de segundos», añadiendo que «me asusté bastante y salí corriendo a la calle, donde me encontró a un policía que me preguntó si también lo había sentido».

Otros vecinos también percibieron este suceso. Ese es el caso de Mateo Palacines, un soldador de 54 años, que aseguró que «he oído los cristales de mi casa vibrar, pensé que había sido el viento o un coche pero me di cuenta de que la tierra se había movido, porque no es la primera vez hay uno por esta zona». Mientras que José María Giraldez, albañil de 52 años, asegura que «me desperté con el movimiento, encendí la luz y vi que la lámpara se estaba moviendo».

Un terremoto normal

El IGN asegura que «el terremoto registrado en Morón es normal para la zona en que ha sido, al igual que el de la intensidad de las réplicas», llegando, estas últimas, a los dos o tres grados de magnitud. Por otro lado, aseguraron que «no se sabe cuántas réplicas puede haber, ni cuánto tiempo puede durar», ya que en enero de 2007 se registraron movimientos sísmicos cuyas réplicas se reeditaron hasta ocho días después.

Este seísmo ha provocado que el teléfono de emergencias 112 de Andalucía haya recibido más de 40 llamadas, sin que se tenga constancia de ningún daño personal o material importante, salvo pequeñas grietas en Morón de la Frontera, por causa del movimiento sísmico. Desde este servicio compararon la magnitud del mismo con «la producida por el paso de un camión pesado con carga», que puede ser percibida por «personas en el interior de los edificios y por algunas en el exterior», así como que «ventanas, puertas y vajillas vibren».

sierra@lavozdigital.es