¿Fuera!

tra vez esos salvajes protagonizaron un acto vergonzoso. Y sólo la suerte evitó que no sucediera una desgracia. Cuando vi por televisión como volaban las bengalas en el campo del Espanyol, se me pusieron los vellos de punta. Y más imaginando las caras de miedo que tendrían todos los niños que estaban allí. O el terror de sus padres temiendo que aquello se convirtiera en una batalla campal. Pero es que en el campo del Atlético De Madrid la policía le requisó a otro grupo de éstos ¿¿40 bates de béisbol!! ¿A dónde iban? ¿A la guerra? ¿Qué pensaban hacer? En el mismo programa los periodistas se preguntaban quien era el culpable de todo esto. Pues bien, los culpables somos todos. Culpable por la pasividad que mostramos ante estos cafres. Porque no se crean ustedes que ellos ejecutan el vandalismo encapuchados ¿¿No!! Todos sabemos quienes son y no hacemos nada. El jefe, cabecilla, líder o como quiera llamarse el que manda en una de estas bandas, presume de serlo. Y lo podemos ver dando toda clase de entrevistas en los medios de comunicación. Algunas de estas bandas tienen hasta sede social abierta al público, celebrando botellones y todo tipo de actos por ellos llamados culturales. Todas tienen páginas en internet llenas de emblemas que están prohibidos. En ellas insultan a diestro y siniestro e incluso amenazan a sus detractores. Y el colmo es que en esas páginas, que cualquiera puede visitar, organizan peleas multitudinarias con otras bandas. ¿Y qué hace la autoridad? ¿¿Nada!! Luego en los estadios marcan su territorio, no se esconden, y vuelven a entonar todos esos insultos que han ensayado durante la semana. Y si el público los recrimina por ello, lo hacen más fuerte, para que se sepa quienes son los que mandan allí. ¿Qué esperan? ¿Qué haya otra muerte para detenerlos? No, señalémoslo, arrinconémoslos, gritemos todos de una vez ¿¿Todos los Ultras fuera del estadio!!