CAMPEONES. Entre el español Óscar Freire y el italiano Paolo Bettini suman seis mundiales. / EFE
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Freire puede entrar en la historia al ser el primero en lograr cuatro mundiales

El ciclista cántabro tendrá al italiano Paolo Bettini como su máximo rival La carrera puede convertirse en una lucha entre dos países: Italia y España

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El ciclismo, sus protagonistas, se encargan en los últimos tiempos de que la noticias no se encuentre en la carretera, sino en los hoteles, en los laboratorios o en el dopaje. El asunto Frank Schleck ha marcado de una forma importante esta cita mundialista, en la que Óscar Freire podría completar una de esas temporadas que resultará irrepetible para el ciclismo de este país.

Tiene al alcance de la mano, después de quince vueltas y 260 kilómetros, la posibilidad de conseguir su cuarto Campeonato del Mundo de fondo en carretera, algo que no ha conseguido nadie en toda la historia de este deporte. De momento, está en el selectivo grupo de los que han conseguido tres, Alfredo Binda (1927, 1930 y 1932), Rik van Steenberger (1949, 1956 y 1957) y Eddy Merckx (1967, 1971 y 1974).

Si Freire maneja entre sus posibilidades, reales, un cuarto maillot arco-iris, el italiano Paolo Bettini podría conseguir el tercero. Bettini, el Grillo, que cuenta con toda la selección italiana a su disposición, que atraviesa un momento de forma excepcional como demostró en la Vuelta a España, tiene a su bestia negra en Freire.

Ese enfrentamiento nos mete de lleno en lo que va a ser este Campeonato del Mundo. Un combate de jefes entre Freire y Bettini, arropados por las dos selecciones más fuertes del mundial, España e Italia. Se podría decir que es más o menos como siempre, pero no lo es. Las selecciones han cambiado de corredores, el circuito no es el mismo de otras ocasiones.

España e Italia harán girar el mundial, pero no son los únicos que corren. Del trabajo que hagan esos dos equipos se aprovecharán otros corredores. Y la lista de nombres que aparecen es importante, de las que no se pueden despreciar. Hay uno en especial que nos llama la atención, el australiano Allan Davis, que ha vuelto a correr en un equipo en condiciones en el mes de septiembre, el Quick Step, y al que se la visto en forma.

Quizá haya más aspirantes solitarios que nunca, nombres que pueden resultar peligrosos, que no estarán arropados por grupos potentes. Es el caso de los alemanes Ciolek y Greipel, del belga Tom Boonen, de Sylvain Chavanel, del ruso Alexandr Kolobnev, de Sergio Paulinho, de Nicolás Roche, entre otros. Muchos llegan de la Vuelta a España muy enteros, como Greg van Avermaet o Philippe Gilbert, en una nómina amplia.

Pelea de selecciones

Dos bloques, Italia y España, moverán la prueba pero no hay que descartar, más que nunca, el factor sorpresa. Se moverán muchos equipos y corredores, los primeros Italia, para ir reventando ciclistas. Bettini e Italia saben que tienen que eliminar a Freire, y a eso se dedicarán, a ejercer una labor de desgaste importante desde el comienzo, que se acrecentará a mitad de la carrera. Tienen que conseguir que Freire no llegue.

Paco Antequera maneja otras opciones con las que jugar. La más llamativa es la de Alejandro Valverde, al que le va a guardar hasta el final. Valverde, y también el campeón olímpico, Samuel Sánchez entrarán en la guerra de guerrillas de las últimas vueltas, los ataques y las escapadas sorpresa.

Conseguir que la carrera llegue más o menos entera, con un grupo de veinte o treinta corredores a la meta es complicado, una quimera. Alberto Contador y Juan Manuel Garate serán los ojos de Antequera en la carretera. Noval y Luis León Sánchez, los protectores de Freire y Valverde, los que van a estar más pegados a ellos.