CON ATENCIÓN. Obama y McCain, cada uno sentado en un extremo de la mesa, siguen las explicaciones de Bush durante su reunión en la Casa Blanca. / EFE
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La crisis desune a Obama y McCain Oxford aguarda con el corazón en un puño

Los dos candidatos acuden al llamamiento de George Bush y el sector duro republicano frena el plan de choque que pretendía el presidente

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La reunión que celebró anoche el mandatario de EE UU, George W. Bush, con los candidatos a la presidencia John McCain y Barack Obama y con legisladores de ambos partidos concluyó sin un acuerdo sobre el contenido del plan de rescate financiero. En esta reunión sin precedentes, que duró aproximadamente una hora, algunos republicanos de alto rango mostraron su oposición al principio de acuerdo que habían alcanzado previamente un grupo de líderes de los dos partidos, lo que les obligará a continuar con las negociaciones.

El demócrata Christopher Dodd, que preside el Comité de Banca del Senado, mostró su descontento con los obstáculos que están poniendo algunos republicanos, y aseguró en declaraciones a la CNN que, con su postura, no buscan «un rescate financiero, sino una operación de rescate de la campaña de John McCain». Ahora, según la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, los líderes del Congreso tendrán que continuar limando sus diferencias para tratar de llegar a un acuerdo sobre la propuesta del Gobierno.

Esta propuesta consiste en autorizar al Tesoro para que compre deuda de mala calidad de los bancos por importe de 700.000 millones de dólares. «Hay un claro sentido de urgencia y un acuerdo sobre la necesidad de estabilizar los mercados, y prevenir una crisis financiera masiva que afectaría a todo el mundo en Estados Unidos», dijo Perino, después de la reunión celebrada en el ala oeste de la Casa Blanca.

Ahora, los «miembros del Gobierno y los líderes del Congreso continuarán trabajando juntos para elaborar un proyecto que nos permita afrontar este problema lo antes posible», añadió en un comunicado.

Horas antes, un grupo de líderes demócratas y republicanos habían anunciado que habían llegado a un principio de acuerdo sobre el plan de rescate financiero, y marcaron a grandes rasgos lo que debería incluir el programa final.

Así, propusieron dividir el plan de rescate financiero en varias fases, de manera que el Tesoro no obtendría los 700.000 millones de una sola vez, sino que el Congreso podría retener una parte si no estuviera satisfecho con el desempeño del programa.

Pero más tarde, en medio de la reunión que convocó Bush en la Casa Blanca, Richard Shelby, el republicano de mayor rango del Comité de la Banca del Senado, echó por tierra el clima de optimismo que había creado el principio de acuerdo anterior. «No tenemos un acuerdo. Todavía hay un montón de opiniones», recalcó Shelby a la prensa en la Casa Blanca. Del mismo modo, el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo en un comunicado que los integrantes de su partido no han dicho «sí a ningún acuerdo en este momento».

La ausencia de un acuerdo deja en el aire el primer debate presidencial que está previsto que se celebre hoy en Misisipi entre el candidato demócrata Barack Obama y el republicano John McCain. El aspirante republicano es partidario de cancelar el debate si antes no se llega a un acuerdo en el Congreso sobre el paquete de medidas contra la crisis. La campaña de McCain, a última hora de la tarde de ayer, reiteró que «todavía no se ha tomado una decisión al respecto», en tanto que Obama dijo a CNN que creía que «es importante» que los dos se encuentren hoy cara a cara en Misisipi.¿Habrá debate presidencial? Nadie tiene aún la respuesta.

Para Obama, la debacle financiera justifica más que nunca la necesidad de celebrar ese debate. «Tenemos elecciones en cuarenta días, nuestra economía está en crisis, nuestra nación está luchando en dos guerras en el exterior», enumeró con gravedad. «El pueblo americano merece escuchar directamente de mí y del senador McCain cómo pretendemos guiar anuestro país. Estos tiempos son demasiado serios como para dejar la campaña en espera», añadió. No eran los eruditos de la Universidad británica de Oxford los que vigilaban anoche las noticias con el corazón en un puño, sino los 19.000 habitantes del pueblo de Mississippi que nadie entiende cómo logró arrebatar a Nueva Orleans la sede del primer debate presidencial. El aeropuerto más cercano está a una hora y media de coche, en el estado de Tennessee, y ni siquiera hay un hotel decente en la localidad.

Hasta Barack Obama tendrá que pernoctar en Memphis, motivo por el que no tiene previsto llegar hasta última hora. Pero los funcionarios de la Universidad de Mississippi que habían logrado tal privilegio sufrieron un pasmo cuando John McCain anunció el miércoles que había pedido a la Comisión de Debates que suspendiera la cita.

Los preparativos han costado 5,5 millones de dólares (3,75 millones de euros), un año y medio de trabajo y los esfuerzos de 1.200 voluntarios. Por eso la encargada de relaciones públicas de la universidad, Gloria Kellum, que dijo a la CNN estar en contacto con la Comisión de Debates «cada hora», se negaba en redondo a aceptar la posibilidad de que McCain no apareciera. «¿Que no aparece? Pues yo sí pienso aparecer», dijo el gobernador del estado Haley Barbour, como si fuera una ofensa personal. «No se me ocurre un mal día para estar en un pueblo tan bonito como Oxford, Mississippi».

Será un hito en la historia de esta universidad, que hasta 1962 no admitía a negros. Fue en esa fecha cuando James Meredith, inspirado por el discurso inaugural de John F. Kennedy, ganó la batalla legal para ingresar. Las reacciones fueron tan violentas que tuvo que vivir custodiado por dos antidisturbios del Gobierno. Aquí ha prometido aparecer esta noche el primer afroamericano que puede convertirse en presidente de Estados Unidos.