Partidazo

Loco, trepidante, con emoción y todo lo que ustedes quieran ponerle al partido de ayer le valdría, porque vaya partido. Ahora bien, también en el otro lado de la balanza, en el negativo podemos añadir también vaya día de las defensas, los porteros tampoco anduvieron muy allá y lo quieran poner también ustedes si se quieren poner tiquismiquis. Pero que quieren que les diga, yo disfruté una barbaridad con el partido de Bahía Sur. Quizás sea porque tener al lado a Suárez, además de aprender con sus conocimientos futbolísticos, también me daba tranquilidad al oírle decir que el Cádiz iba a ganar, lo decía incluso cuando nos quedamos con uno menos. Habitualmente cuando un encuentro acaba cero a cero y es un ladrillo como partido, los entrenadores dicen que ha sido muy táctico y que para ellos ha sido muy bonito.

Todo lo contrario cuando sale un partido como el de ayer, los aficionados disfrutan una barbaridad (especialmente los del Cádiz, porque ganaron) y los entrenadores se fijan más en los fallos cometidos especialmente en defensa. Pero ayer, esa máxima del fútbol para los entrenadores se rompía con Iriondo. Al término del partido charlábamos con él camino de los automóviles y lo catalogaba como un partidazo, y al mismo tiempo se preguntaba que ¿Por qué no todos los partidos eran igual?

Pues eso, que disfruté como un condenado pese a los fallos defensivos, que hay que corregir ya. Pero también me deleité con Toedtli (está un punto por encima de todos los delanteros del grupo, o dos o tres), también con el del uruguayo Fleurquin, gran partido el suyo, hasta se atrevió a disparar a puerta, y eso si que es noticia (ven como cuando lo hace bien no me duele en prendas reconocerlo, aunque no apruebe otras actitudes suyas fuera y dentro del campo) y también me gustó como en este Cádiz si se reconoce cuando las cosas no salen del todo bien, como hicieron Fragoso y David García. Felicitar también a todos los aficionados de la Isla y a los de la capital, que vivieron un partido cada uno animando al suyo.

Y enhorabuena también a la directiva del San Fernando por la organización y a todo los trabajadores del equipo isleño, bueno a todos no, suspenso al delegado de campo. Que manera tan poco elegante de comportarse.

Que los errores sirvan para el partido del domingo, ante el Melilla los tres puntos, que el madrugón sirva para algo. Y punto.