TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Pinturas rupestres en fuera de juego

En plena comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía, la consejera Rosa Torres descartó, el pasado jueves, que las pinturas y manifestaciones artísticas de carácter rupestre descubiertas en cuevas de Cádiz y Málaga puedan incorporarse a la declaración de Patrimonio de la Humanidad, otorgada por la UNESCO para las pinturas del denominado Arco Mediterráneo.

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El diputado gaditano de Izquierda Unida, Ignacio García, planteó dicha posibilidad, pero la titular de la Consejería de Cultura repuso que las pinturas de dicho Arco responden a una tipología en común, la levantina, un arte naturista de perfiles simples y tinta plana que no se corresponde con los de Cádiz. En 1998, dicho organismo de Naciones Unidas ya reconoció las pinturas rupestres del Arco Mediterráneo como Patrimonio de la Humanidad, aunque su delimitación excluía a las manifestaciones artísticas halladas en las cuevas, refugios y abrigos de las dos provincias citadas. Entonces, también era cuestión de estilo pero de otro estilo: nadie había solicitado su protección.

La Junta no tiene la llave para repescarlas ahora y colocarlas bajo el paraguas de la UNESCO, pero la queja de Izquierda Unida estriba en que al menos podía promover su candidatura, bajo este u otro pretexto, ante el Consejo de Patrimonio Español del Ministerio de Cultura, encargado de elevar a la Unesco la lista indicativa de las candidaturas al Patrimonio de la Humanidad. Quizá Cultura no quiera arriesgarse a un nuevo fracaso como el que supuso el intento de declarar Patrimonio Intangible al flamenco, años atrás: una iniciativa de la que el Gobierno autonómico, por fortuna, aún no ha desistido. En gran medida, las palabras de esta semana de la consejera Torres suponían un jarro de agua fría a iniciativas como la que suscribió, a 25 de abril de 2001, la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, o la que acordó el 20 de noviembre de 2003 la Mancomunidad de La Janda, instando a las autoridades competentes a incorporar al Patrimonio Mundial de la UNESCO las manifestaciones de arte rupestre localizadas en ambas comarcas y en sus zonas limítrofes.

Las conclusiones de Torres cierran, sobre todo, la vía iniciada dentro de la Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía, que aprobó el 25 de mayo de 2006 por unanimidad, con los votos de todos los grupos parlamentarios, una propuesta izquierdista en aras de iniciar los trámites oportunos en este mismo sentido. Se trataba, en rigor, de una iniciativa de la Asociación Gaditana para el Estudio y la Defensa de Patrimonio Arqueológico (AGEDPA), cuyo portavoz Lothar Bergman no está en absoluto de acuerdo con las apreciaciones de la máxima responsable en materia de cultura del ejecutivo andaluz: «Con esta declaración demostró un total desconocimiento del tema y falta de voluntad de proteger uno de los conjuntos más importantes de arte rupestre. En primer lugar, existe arte rupestre de la citada característica en la provincia de Cádiz». Y como ejemplo cita el de la Cueva del Ciervo de los Barrios, que, a título de ejemplo, representa para Georges Sauvet, de la Universidad de Paris, el arte levantino más meridional de la Península Ibérica.

«Por otro lado -afirma Bergman-, hacer depender una declaración de Patrimonio de la Humanidad de un cierto estilo y dejar desprotegido el arte más antiguo de la Humanidad, carece de lógica total. En las provincias de Cádiz y de Málaga existe arte rupestre paleolítico, más de 20.000 años más antiguo que el arte de tipología levantina. Es por esta razón que la UNESCO declaró recientemente Patrimonio Mundial al Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica. Según la UNESCO, el arte paleolítico, que se desarrolló en toda Europa, desde los Montes Urales hasta la Península Ibérica, entre los años 35.000 y 11.000 a.C. constituye un testimonio excepcional de una cultura ancestral y una ilustración extraordinaria de una etapa importante de la Historia de la Humanidad. Este tipo de arte antiguo, que también está incluido en el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica existe en gran abundancia en las provincias de Cádiz y de Málaga, algunos ejemplos: la Cueva del Moro, la Cueva de Atlanterra, la Cueva de la Pileta, la Cueva de Ardales ...».

Este asunto se tratará en profundidad a partir de mañana lunes en unos cursos sobre arte rupestre que dirige el prestigioso arqueólogo Julián Martínez, del Centro de Investigación del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, para la Universidad Internacional de Andalucía. A dicho foro, acudirán expertos de diversas nacionalidades, incluyendo a Mauro S. Hernández, Valentín Villaverde, Rafael Martínez Valles, José A. Laceras, Nuria Sanz o Miguel San Nicolás del Toro; pero también el francés Jean Clottes, máximo especialista en arte levantino. Quizá allí vuelva a oírse una propuesta de cierto interés. Y es que la UNESCO proteja a la Península Ibérica en su conjunto, en vez de fragmentarla en compartimentos estancos. Quizá sea ese federalismo rupestre la mejor solución para que nuestras pinturas rupestres dejen de estar en fuera de juego.