EL MAESTRO LIENDRE

Nadando con chocos

Muchas normas cobran sentido cuando se aplican mal, o de forma flexible. Afortunadamente, ha sucedido con el pregonero del Carnaval 2009. Una regla invisible, que ni se razona ni está escrita, dice que los anunciadores de la fiesta gaditana deben ser, alternativamente, uno de fuera y uno de dentro. Un año alguien ajeno a la fiesta, a poder ser famoso, y al febrero siguiente alguien ligado a las coplas o el concurso, aunque tenga poca proyección exterior y su prestigio sea interno.

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Sin querer, probablemente, el Ayuntamiento ha encontrado un punto medio perfecto, una exacta equidistancia, una prodigiosa confusión, un mestizaje que confirma que sólo la mezcla es pura. Javier Ruibal ni está fuera ni dentro. Ni es famoso ni desconocido. Ni perpetra el coñazo de ejercer de gaditano ni vive como un complejo esa condición inevitable. Es asiduo al Falla, pero acude fiel a San Lorenzo a buscar un rosario de cuplés que salve su alma de once meses de civilización. Nunca ha escrito nada para el Carnaval, pero firmó el mejor pasodoble de los últimos lustros en la banda sonora de la (fallida pero tierna) Atún y chocolate.

No pertenece a eso tan limitador y desagradable del mundillo carnavalesco (tan repulsivo como el mundillo periodístico, el literario, el de los cantautores, los pintores o los taxidermistas) pero tiene ganado el afecto de todos. Nadie sabría decir si este año han designado a uno de dentro o de fuera, porque guarda la virtud de tener un pie a cada lado de esa invisible y absurda línea. Seguro que su pregón es un punto de conexión entre dos hermanos que se llevan regular: el Concurso del Falla y el pujante mundillo de la copla callejera. El portuense se habla, cariñosamente, con los dos, y seguro que sabe darles su sitio para que, de una vez, colaboren para ayudar a su madre.



FAMOSO Y PATOSO

Ruibal, además, representa sin pretenderlo unos valores de serenidad, constancia y talento que resulta muy agradable asociar a la imagen que proyecte la ciudad. No se puede decir lo mismo de otro cantante, que vende centenares de miles de discos y al que se le supone ídolo de quinceañeras, que tuvo que ser invitado a abandonar el Pay Pay por patoso hace unos días. Por irónico que parezca, estaba molestando con gritos y burlas al que interpretaba en el escenario. Que un artista (?) le falte al respeto a otro cuando actúa es una ironía que alcanza la psicopatología. Allá él si cree que le alcanza con tener dinero.



GUÍA MICHELÍN PORTUENSE

Otro portuense que colecciona cariño es Falsarius Chef. Es un personaje nacido en Vistahermosa, hijo de Nacho Moreno y Paloma Puya, criado en la editorial La Compañía Oriental de la Tinta, que ha vendido decenas de miles de ejemplares de su Cocina para Impostores, el recetario más ingenioso y divertido (pero absolutamente realista y práctico) que se haya publicado en España en varios años. Su pelotazo ha sido tal, que tras tener hueco en las páginas de El País, ha saltado a la tele. Desde mañana, cada lunes y miércoles, tendrá una aparición en Estas no son las noticias, nuevo programa nocturno de Cuatro. También le han adoptado en A vivir que son dos días, el magacín de fin de semana de la SER. Y pronto, en www.lavozdigital.es. Ese tipo, y sus puñeteros padres, se merecen lo mejor. Media docena de estrellas Michelin, por lo menos. Los que quieran aprender trucos de cocina y, de paso, descojonarse un rato, tardan en visitar su blog cocinaparaimpostores.blogspot.com



RECUERDO DE CÁDIZ

Son ejemplos (Ruibal y Nacho&Paloma) de que resulta posible estar en el centro de la creatividad comercial y artística desde la periferia geográfica. Basta con tener grandes ideas, ganas y correo electrónico. Si otros siguen ese raíl, hay esperanza en cuanto a impulso y creatividad en Cádiz. Dos jóvenes diseñadores gaditanos pueden ser los siguientes. Presentarán, en cuestión de semanas, a Germán y Charito. Son dos personajes que situarán en los rincones más reconocibles de Cádiz para crear una línea de objetos de recuerdos (de postales a tazas, pósters y camisetas) con una filosofía propia, con personalidad artística y humor omnipresente, algo así como un Kukuxumusu (el de los toritos y las vacas cachondos nacidos en el País Vasco) a la gaditana. Si el apasionante proyecto va bien, igual se ven estos objetos en la tienda de recuerdos artísticos que viene a ocupar el espacio físico de IslAhabitada, la galería tristemente desaparecida. Otro Garbarino ha tomado el relevo.



ALIVIO PARA EXTRAMUROS

Otro caso de reconfortante impulso privado (bueno, en este caso, concertado) lo protagonizará en las próximas semanas el colegio San Felipe Neri. A falta de un sólo escenario ni salón cultural abierto a los 80.000 habitantes de extramuros, este centro educativo estrenará el mes que viene la reforma de su gran salón de actos, que pretende abrir a la comunidad. Aunque no acogerá espectáculos, pretende ser punto de encuentro, debate, exposición e interpretación cada poco tiempo. Un buen gesto que cubre parcialmente el hueco que deja una promesa electoral reiteradamente incumplida por PP y PSOE.



DEJAD A LOS TÉCNICOS

La llegada de Los Lemmonheads a Cádiz es una prueba de las buenas ideas que tiene el equipo que Diputación ha puesto al servicio del Bicentenario. Si dejan trabajar a gestores tan dotados (neuronalmente), la esperanza puede crecer para vencer al presentimiento de chasco. Cabaña ha reunido a gente con criterio, experiencia y el punto justo de utopía. Si los mejores técnicos de Ayuntamiento y Junta sumaran sus capacidades, libres unos y otros de mezquinas cadenas políticas... qué buena pinta tendría este sueño colectivo.