El juez analiza los diálogos registrados por las cajas negras del avión de Spanair

El titular del juzgado de instrucción número 11 de Madrid, Javier Pérez, que investiga el accidente del avión de Spanair ocurrido el 20 de agosto en Barajas, acudió ayer a la sede de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) para escuchar las grabaciones de las cajas negras del aparato.

En esa audición, que comenzó pasadas las 10.30 horas, el juez y los técnicos de la comisión escucharon las conversaciones que mantuvieron el comandante de la aeronave, Antonio García Luna, y su segundo, Francisco Javier Mulet, en los minutos previos al desastre.

El juez acudió a la sede de la comisión acompañado por el fiscal del caso, Lorenzo Bernal, la secretaria judicial y varios funcionarios para conocer la información contenida en las cajas negras, que tuvo que ser extraída en unos laboratorios especializados del Reino Unido debido a los daños que esos dispositivos sufrieron a consecuencia del siniestro. Hasta el momento, las cajas negras han aportado una serie de datos relevantes para la investigación, como que el avión despegó tras un primer intento fallido sin desplegar los flaps, alerones situados en la parte trasera de las alas que ayudan a impulsar el aparato en el despegue, y sin que ninguna alarma alertara de ello por un fallo del sistema.

La reunión en el laboratorio de imagen y sonido de la CIAIAC se prolongó durante más de cuatro horas. El instructor y sus colaboradores escucharon las grabaciones de las conversaciones registradas en la cabina. Fue un trabajo largo y complicado, según explicaron fuentes jurídicas, que no pudieron aportar datos relativos al contenido de esos diálogos ni sobre los chequeos efectuados en la aeronave antes de que abandonara el aparcamiento para iniciar la maniobra de despegue.

Ahora, las grabaciones deberán ser transcritas, proceso que también podría prolongarse varios días. Cuando el contenido de las cintas esté plasmado en un papel, la secretaria del Juzgado deberá volver a la sede de la CIAIAC a certificar que el texto escrito coincide con lo escuchado ayer. Cumplido ese trámite, las transcripciones serán incorporadas a la causa judicial iniciada para tratar de aclarar las causas de la tragedia.

La CIAIAC, adscrita al Ministerio de Fomento, perdió ayer al único piloto que tenía en su seno, Valentín Villarroel. En una carta dirigida al presidente de la comisión, Pablo Palomares, el piloto expresó su malestar por el contenido del informe preliminar sobre el accidente y por su filtración a la prensa. Villarroel explica en su misiva su «tristeza y frustración» por la «falta de rigor e independencia» a la hora de manejar la información dentro de la CIAIAC.

«Incapacidad»

A juicio de este piloto retirado, la difusión de las conclusiones preliminares evidencia la «incapacidad» de Fomento para conducir una investigación independiente. También denuncia falta de rigurosidad de los técnicos, y asegura que el texto del borrador «no refleja fielmente las evidencias y hechos constatados, sino que divaga en suposiciones».

Su marcha se suma a la de dos peritos del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación Comercial (COPAC), que el miércoles rechazaron también seguir colaborando con la CIAIAC debido a las numerosas filtraciones.

Tras conocer la dimisión de Villarroel, la Asociación Española de Pilotos (AEP) transmitió en un comunicado su «solidaridad» con el aeronauta, cuya decisión justificó por la «constante vulneración de los procedimientos legales para realizar la investigación». «La constante filtración de datos confidenciales ha revelado la incapacidad del Ministerio de Fomento para garantizar una investigación independiente y libre de injerencias externas que condicionen su orientación», señaló la AEP, que considera que la difusión del borrador del informe preliminar ha provocado «un clima de desconfianza» en la comisión.