LA CALLE DE LA MEMORIA

El buen juicio en sus paredes

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ebe su rótulo al haber permanecido en ella desde nada menos que 1469 la Chancillería de Xerez, que era como un tribunal supremo donde se dirimían asuntos de importancia suprema. Mas no era menos cierto que en estos primeros círculos judiciales también se sostenían pleitos civiles, sobre todo, y también adquirían competencias criminales. Eran los tiempos en los que los jueces, más que chancilleres, eran oidores. Según reza en la historia de la ciudad, el primer oidor o presidente de esta audiencia fue Agustín Spínola, nombrado como tal por Real Cédula de Enrique IV.