CONFLICTO. La Inmaculada es de las zonas más afectadas por el incivismo de algunos inquilinos. /C. L.
EL PUERTO

Los vecinos de las viviendas sociales piden más control sobre los inquilinos conflictivos

Exigen al Ayuntamiento que intervenga en estos casos «perdidos» ya que en su opinión perjudican al resto de residentes, que se sienten amenazados Algunos «incívicos» hacen sus necesidades en las azoteas de los bloques

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Los inquilinos de las viviendas sociales aseguran que algunos inquilinos no respetan las normas básicas de convivencia y están deteriorando notablemente las zonas comunes de los edificios sociales. Según apunta Daniel Marín, portavoz de los vecinos del parque municipal de vivienda, «hay una decena de familias conflictivas que están amargando la vida al resto de inquilinos».

Los casos más graves se viven en la barriada de La Inmaculada, con unas viviendas de tuteladas por la Junta de Andalucía que con apenas siete años presentan un estado de deterioro extremo. Además, muchas de las familias conflictivas mantienen amenazados al resto de inquilinos, que no se atreven a denunciar públicamente los hechos por miedo a represalias.

Según apunta Marín, muchas de estas familias son ya «famosas» y algunas han pasado ya por más de diez realojos e incluso han cobrado indemnizaciones cuando han tenido que abandonar las anteriores viviendas porque iban a ser demolidas, como fue el caso de Santa Clara.

Algunos episodios de incivismo llegan a ser extremos. Así, Marín explica que hay «personas que incluso hacen sus necesidades en las azoteas de las viviendas».

Ante esta situación, la Concejalía de Vivienda trabaja de modo conjunto con Bienestar Social para controlar todas las situaciones conflictivas. Este seguimiento comienza en el momento de la adjudicación de la vivienda municipal. Pasado un mes de la entrega de la llave, el equipo del departamento social compuesto por un psicólogo y una trabajadora social, realiza la primera visita a la vivienda para comprobar cómo se va adecuando la familia a la misma y tras esta visita se plantea una línea de trabajo basada en los datos registrados en ella.

A pesar de ello, el portavoz de los vecinos asegura que «hay casos que no tienen solución». «Por experiencia conocemos a muchas de las familias conflictivas y son personas que no quieren vivir en sociedad y que lo único que hacen es perjudicar la convivencia». Según el portavoz, «se trata de personas que siempre vivirán alejados de las normas sociales y que deteriorarán las viviendas que les faciliten hasta que les proporcionen una nueva». El portavoz de los vecinos se mostró escéptico ante estos hechos, aunque el miércoles se reunirá con el edil de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, para intentar buscar soluciones al problema.