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Los socialdemócratas alemanes eligen a Steinmeier para derrotar a Merkel

Después de vivir una de las jornadas más erráticas en su larga y agitada historia, la cúpula del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) dio ayer los primeros pasos para intentar recuperar la normalidad perdida y, de paso, iniciar la preparación para la larga campaña electoral que debe culminar el 27 de septiembre de 2009.

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Tal como se esperaba, ratificó la designación del actual ministro de Asuntos Exteriores y vicecanciller en el Gobierno de gran coalición, Frank-Walter Steinmeier, como candidato a la jefatura del Ejecutivo federal y aprobó la nominación de Franz Müntefering para el cargo del presidente del partido. Steinmeier, de 68 años, sólo contó con la oposición de un delegado, mientras que otros cinco se abstuvieron.

Los dos nuevos matadores del SPD hicieron un fervoroso llamamiento a los militantes para cerrar filas en torno a la nueva dirección y exigieron una mayor disciplina interna, «dos condiciones necesarias», dijo el aspirante a canciller, para poder ganar las elecciones. «He aceptado la candidatura no para buscar un segundo lugar, sino con la meta de dirigir Alemania», afirmó Steinmeier, quien admitió que la formación había vivido «horas dramáticas» el domingo, cuando su órgano rector se encontraba reunido en la localidad de Werder para anunciar de forma oficial su candidatura.

Pero el guión de la reunión fue alterado con la renuncia al cargo del presidente de Kurt Beck, quien denunció que había sido víctima de una intriga. Tanto Steinmeier como Müntefering rechazaron las especulaciones, que sugerían que eran los principales líderes de un golpe interno para alejar a Beck de la jefatura del SPD, y afirmaron que los tres habían llegado a un acuerdo el jueves.

Según este pacto, Beck seguiría en el cargo de presidente, Steinmeier sería el candidato a canciller y Müntefering jugaría un rol importante en los preparativos de la campaña electoral. «Lamento que ese compromiso no se haya cumplido», añadió Steinmeier al referirse a la renuncia de Beck.

Después de dedicar palabras amables a la gestión del ya ex presidente, Steinmeier puso en marcha el engranaje electoral con una declaración que persigue acortar la ventaja que mantienen sus rivales de la CDU de Angela Merkel. Prometió que, independientemente del resultado de las urnas, la formación no buscará una alianza con La Izquierda.