DESIERTA. Imagen de la avenida Álvaro Domecq durante la Motorada del años pasado . / J.C.C.
Jerez

Cuestión de intereses

El cierre de calles había sido duramente criticado por la hostelería y los moteros, mientras que los vecinos se felicitaban por la medida impulsada por Pilar Sánchez

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En las últimas elecciones municipales, el PSOE logró los mejores datos de su historia en el distrito donde se incluyen la avenida Álvaro Domecq y la plaza del Caballo. Muchos análisis interpretaron lo ocurrido como un agradecimiento de los residentes en estas zonas a Pilar Sánchez por haberles quitado de en medio las molestias de la Motorada. Sin embargo, no son pocos en Jerez los que piensan que la medida de cerrar las calles a los moteros podría dar al traste con el acontecimiento más rentable desde el punto de vista económico que tiene la ciudad en todo el año.

Los protagonistas de la fiesta, los moteros, fueron los primeros en poner el grito en el cielo ante lo que llegaron a calificar como «una persecución» y mostraron muy a las claras su malestar. «Me parece de una gran torpeza lo que han hecho este año, especialmente quitar una zona donde la gente se puede divertir con sus motos. Es una decisión que va a traer consecuencias negativas para la ciudad porque gymkhanas va a ver, va a aumentar el descontrol y ni la alcaldesa de Jerez ni la Policía va a poder evitarlo. Esto es un auténtico desastre», decía el año pasado Uriol Márquez, un aficionado llegado a Jerez desde Barcelona.

«Desde hace cuatro años venimos hasta Jerez porque es una ciudad que nos gusta tanto que incluso tenemos casa aquí. Nos parece fatal todo lo que ha ocurrido», sentenciaba otra motera catalana llamada Davinia.

No obstante, el cénit de las quejas tuvo lugar el año pasado con las declaraciones de un motero en el Telediario de Televisión Española y, por tanto, en un horario de máxima audiencia. «Que se entere toda España, aquí nos tratan como a delincuentes, no hay que venir más, que se entere toda España, Jerez está pasado de moda», gritaba indignado a los cuatro vientos.

Enfado hostelero

Aunque si de indignación se trata, no podemos olvidar el monumental enfado que vienen arrastrando desde hace dos años los hosteleros y comerciantes del centro de Jerez. Manuel García, presidente de Asunico, ha insistido en este tiempo en el perjuicio que se estaba ocasionando a tantos y tantos negocios: «La moto es un transporte como otro cualquiera y ningún motero va a abandonar su motocicleta en un parking, por muy seguro que sea, para venir hasta el centro. La hostelería se va a resentir y mucho».

Para el presidente de la Asociación Unión de Comerciantes de Jerez, «blindar el centro es perjudicar directamente a los establecimientos hosteleros del centro de la ciudad, es de lo más negativo».

En términos similares se han venido expresando también desde Acoje. Un portavoz de la Asociación de Comerciantes del centro de Jerez acusó al Gobierno municipal de estar «confundiendo la gymkhana con la Motorada». «No es sólo la hostelería, sino toda la ciudad en sí la que se va a ver resentida de manera negativa por el cierre del centro de la ciudad al paso de las motocicletas. Es algo que no entendemos. Lo que sí apreciamos es que se persiga a los que durante ese fin de semana aprovechan para hacer el gamberro y poner en peligro a otras personas, pero son una minoría».

Tras el cambio de planes del Ayuntamiento jerezano es de seguro que los primeros en alegrarse van a ser estos negocios, que en estos dos últimos años han dejado de percibir hasta un 70% de los ingresos que solían tener durante el fin de semana de la Motorada y que ahora, en año de crisis, podrán recuperar algo.