ÁLEX ANGULO ACTOR

«Me dan papeles de abuelo»

El intérprete regresa a Telecinco con la segunda entrega de 'Hermanos y detectives' en el papel del comisario Serrano

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Álex Angulo siempre piensa que lo mejor está por venir. Popular gracias a la exitosa serie Periodistas y a la célebre película El día de la bestia, el actor vasco transmite credibilidad a todos los papeles que le confían. Alejado del estereotipo de galán, se ha pasado los dos últimos veranos trabajando por culpa del subcomisario Serrano, el personaje que hace en la comedia policíaca que este mes regresa a Telecinco, Hermanos y detectives. Con varias películas por estrenar -La casa de mi padre y la coproducción Imago mortis-, Angulo no lleva mal la actividad cuando la mayoría descansa.

-Además, está rodando la ópera prima Fuga de cerebros.

-No soy un adicto al trabajo. Hay que vivir, estar con la familia, con los amigos, ver lo que hacen los compañeros... Hay que alimentarse para tener cosas que aportar.

Época competitiva

-En el área de la ficción televisiva, se avecina una temporada de lo más competitiva.

-No tengo dudas con Hermanos... y, si hay una tercera entrega, me encantaría hacerla, Los capítulos que llevamos grabados vuelven a tener la chicha de los primeros, que ya habían testado los argentinos -es un formato creado por el argentino Damián Szifron, nombre de Los simuladores-, aunque aquí se añadieron nuevas tramas. Lo más complicado en esta nueva entrega era dar con historias que no han tenido continuidad en la versión argentina.

-¿Está satisfecho con el resultado?

-La serie me gusta mucho, estoy convencido de que tiene un hueco porque es muy agradable de ver. Creo que es muy sesentera, lo que la convierte en un producto nostálgico y entrañable.

-Su personaje es cínico, materialista, machista y amoral.

-Sufre cambios, pero los que más evolucionan son los protagonistas. El subcomisario Serrano quiere subir en el escalafón, se va a vender a todo. Ahora quiere dedicarse a la política.

-¿A quién ha mirado para preparar el papel?

-El caso es que te pones una corbata, sales serio en un cartel y se te queda una cara de político... Este tipo es un tramposo, un vinagre.

-Es decir, una joyita.

-Me encanta porque casi siempre me tocan buenas personas. Hermanos... no profundiza en las raíces del mal y, aunque trata temas duros, es amena y agradable. Tiene una pátina por encima para ver lo bueno. Estamos en televisión y, en realidad, mi personaje es un dibujo, un cómic.

-Tanto en la serie como en Fuga de cerebros está rodeado de actores emergentes.

-Ya me dan papeles de abuelo. Los que empiezan vienen con mucho respeto. Todos queremos hacerlo bien. Cuando empecé no tenía ninguna pretensión por hacer protagonistas. Todos los papeles que me han dado de segundo o tercer hombre eran mis protagonistas. Y esto es algo que no quiero perder, por lo que el subcomisario Serrano es mi protagonista de este momento.

-Se ha puesto en manos de Imanol Uribe, Álex de la Iglesia, Pedro Almodóvar y Guillermo del Toro, por citar algunos nombres.

-He tenido directores muy buenos. Mi propósito siempre es hacer de buen colchón. Si los que te rodean lo hacen bien, tu trabajo sale mejor, siempre ganas. Es un oficio en el que no puedes entrar a codazos porque lo importante es el trabajo en equipo.

«He tenido altibajos»

-En una industria tan sujeta a las modas como es la audiovisual, usted sobrevive sin problemas.

-He tenido altibajos, pero hasta ahora no me he dado un gran bacatazo. He estado al lado de directores con los que he aprendido mucho, tanto en cine como en televisión.

-Siempre se le pregunta por Periodistas y El día de la bestia.

-Periodistas me dio la oportunidad de ser una cara conocida, todavía hay gente que me para por la calle y me llama Blas. El día... fue una película mágica, muy coral. Todos éramos desconocidos, hasta el director -su buen amigo Álex de la Iglesia-. La pena es que no se den historias como ésa más a menudo. Es como los milagros, los proyectos de este tipo se dan cada mucho tiempo.

-En el próximo Festival de San Sebastián se estrenará La casa de mi padre, una historia comprometida.

-Es una historia en la línea de Todos estamos invitados. No sé si es comprometida o no; sí habla con normalidad del conflicto vasco. Está bien hacer cine comercial porque todos ganamos, pero sin que éste vaya en detrimento de un cine más comprometido, arriesgado, de autor y con posibilidades de perder dinero. No se puede mirar sólo la rentabilidad.

-Esto en cine. ¿Y en la televisión?

-Pues se va a la rentabilidad, se arriesga poco. No hablo sólo de dinero, sino que cortan una serie al segundo o tercer capítulo porque no alcanza el share o como se llame. El espectador no puede disfrutar de un trabajo si no dejas que los personajes se desarrollen. De hecho, las series más vistas son las más longevas.

-Dicho esto ¿qué aporta Álex Angulo a la pequeña pantalla?

-Profesionalidad. Soy un actor en el que se puede confiar.