Opinion

El volcán paquistaní

Mañana, salvo cataclismo, será elegido presidente de la República de Pakistán un hombre que hace medio año estaba procesado bajo graves acusaciones de corrupción económica y política, Asif Ali Zardari, conocido por sus críticos como Míster 10 %, la comisión que habría cobrado por ayudar a ciertos inversores en busca de ayuda oficial. No parece calumniosa la acusación porque la Fiscalía General de Suiza ha hecho saber que ya no congela su fortuna depositada en bancos helvéticos, porque los colegas paquistaníes han comunicado el archivo de las actuaciones.

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Necesidades de la política en estado puro y cínico: el viudo de Benazir Bhutto es su heredero y pilar del nuevo esquema norteamericano en el convulso país.

Zardari se hizo cargo del Partido Popular Paquistaní cuando Benazir fue brutalmente asesinada en marzo y, sin ser diputado (imposibilitado de presentarse por su procesamiento) heredó el papel asignado a la difunta en el vasto arreglo Washington-Musharraf-Bhutto, ahora en vías de ejecución parcial, con la señora Bhuto muerta y el general Musharraf desposeído de la presidencia.

Para hacerlo viable se borró todo el expediente judicial de Zardari, lo que se negó, en cambio, al adversario principal de Musharraf, Nawaz Sharif. Éste había alcanzado un acuerdo para crear un Gobierno de coalición con Bhutto tras las elecciones y despedir a Musharraf en cuanto fuera posible. Tal Gobierno estalló porque Sharif se juzga traicionado y la elección de Zardari mañana será posible porque además del PPP le votará una constelación de pequeños partidos regionales. La designación es indirecta, por el Parlamento nacional y los regionales.

Tal volcán se avivó peligrosamente el miércoles por la incursión de tropas norteamericanas en un pueblo de Waziristán Sur, donde mataron a unos 15 civiles y han provocado una furiosa reacción anti-americana y obligado al propio ejército paquistaní a denunciar tal conducta. Lo sucedido parece un eco de la presión a que están sometidos el Ejército y el Gobierno del país por Washington: el 28 de agosto se reunió la plana mayor de las Fuerzas Armadas norteamericanas con los colegas paquistaníes en un portaviones USA en el Indico: allí se le pidió mano dura contra los talibán al discreto general Kayani, jefe del Ejército paquistaní