Arqutiectura

Arquitectura en desuso al servicio del arte

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Pocos lugares han sabido captar la esencia de un lugar mejor que este museo gaditano, ubicado en las inmediaciones del Parque Natural de las Marismas de Barbate. Entre la vegetación mediterránea y estanques de agua dulce, las obras de artistas nacionales e internacionales se difuminan a la perfección, logrando una simbiosis perfecta entre obra y naturaleza.

Pero no es sólo esta faceta tan peculiar la que destaca en el NMAC de Vejer de la Frontera. La recuperación de construcciones abandonadas por el hombre y su posterior ambientación como espacios expositivos es un plus añadido. En concreto, esta fundación ha salvado del olvido 11 barracones que formaban parte de un añejo complejo militar. Su forma externa original, semicilíndrica, dota a estos habitáculos de una singular presencia. Dos salas de vídeo, una oficina, un espacio para los artistas durante sus estancias en la fundación, un taller didáctico para las visitas escolares y otros tantos, hasta llegar a once, habilitados para mostrar los proyectos de diversos creadores, son las funciones que ahora desempeñan estas construcciones militares abandonadas en los años 70. Edificios para el arte

Este concepto de reutilización arquitectónica despunta en el mundo artístico. Uno de los casos más recientes nos lleva hasta el Paseo del Prado, en Madrid. CaixaForum, museo de la Fundación La Caixa, ha utilizado la vieja Central Eléctrica del Mediodía como sede de su nueva central cultural. Bajo la firma de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, la reconversión de este edificio industrial ha supuesto un lavado de cara de una de las calles más concurridas de la capital española y un nuevo centro de peregrinaje para los curiosos y amantes del arte. Pero fuera de nuestras fronteras, arquitectos y artistas también se dieron cuenta del potencial de estos espacios desiertos.

La rehabilitación del hospicio de la Vieille Charité en Marsella, transformado en el centro museístico, de exposiciones y de estudios del barrio de Panier, el New Museum of Contemporary Art instalado en 1977 en un antiguo almacén de Broadway o el Guggenheim Museum, que abrió en 1992 en otro almacén en desuso, de este mismo barrio neoyorquino, son algunos ejemplos. Hasta Picasso les sacó partida. El Bateau Lavoir de París, una antigua fábrica de pianos, fue reutilizado por el artista y otros colegas para desarrollar sus actividades creativas. Ya en territorio nacional, el museo Reina Sofía, el centro cultural Tecla Sala o la Fundación Antoni Te, exhiben hoy sus piezas de arte en antiguos recintos cuyo uso original poco tuvo que ver con el arte.

La Fundación NMAC está abierta al público todo el año. Además de las obras expuestas de manera permanente, también realizan talleres para familias, escolares y otro tipo de actividades relacionadas con el medio ambiente y el arte.