ESPAÑA

IU afronta dividida el curso político más importante para su supervivencia

Izquierda Unida afronta el nuevo curso político asomada al precipicio, no sólo por la situación en la que se encuentra, sin grupo propio en el Congreso, sino también por las divisiones internas que la debilitan y que todos los sectores en disputa quieren solucionar porque está en juego su supervivencia.

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La Asamblea Federal, que se celebrará el 15 y el 16 de noviembre, aparece en el horizonte de IU como el acontecimiento que aclarará su futuro o que lo ensombrecerá completamente. Antes, a mediados de septiembre, está previsto que tenga lugar una reunión de la Presidencia Federal, cuyo desenlace ayudará a despejar el horizonte siempre y cuando los tres bloques enfrentados demuestren que pueden ponerse de acuerdo y transmitir al menos sensación de unidad.

Que en IU conviven sin llevarse muy bien dos familias, la de la actual dirección de Gaspar Llamazares y el PCE, no es una novedad. Sí lo es la entrada en liza de un tercer sector, la llamada Tercera Vía o N-II, sobrenombre que nace de la unión de las federaciones de Madrid, Cataluña y Aragón. Éste último bloque, al que se han unido otras federaciones, como la valenciana, tiene «la llave» de la ruptura del desacuerdo, y, por tanto, la manija de que la situación de fractura interna se resuelva o continúe.

Tanto Llamazares como la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, su gran apoyo, han hablado telefónicamente con el portavoz de IU en el Ayuntamiento de Madrid, Ángel Pérez, y con el líder de EUiA, el catalán Jordi Miralles. El objetivo consiste en deshacer el entuerto en el que vive la federación mediante un acercamiento de las posiciones.