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Los secuestradores del avión sudanés se entregan en Libia

Los piratas aéreos tuvieron retenidos a seis tripulantes mientras negociaron su rendición tras liberar a los pasajeros

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Han vivido horas de terror, pero la pesadilla de los pasajeros del avión sudanés secuestrado la tarde del martes concluyó ayer. Los dos asaltantes del Boeing 737 de la compañia Sun Air se entregaron a las autoridades libias después de liberar a los 87 viajeros y a los 8 tripulantes que iban a bordo. El aparato procedente de Nyala fue secuestrado cuando se dirigía a Jartum, capital del país, y fue obligado a aterrizar en la remota región libia de Kufra debido a que la aeronave no disponía de mucho combustible.

Los secuestradores habían liberado por la mañana a todos los viajeros y a dos miembros de la tripulación, manteniendo retenidos a otros seis profesionales mientras negociaban su rendición.

«Hemos vivido una verdadera noche de terror. Apenas diez minutos después del despegue del avión, dos hombres armados con pistolas se levantaron y tomaron el control del aparato amenazando a la tripulación y a los pasajeros», afirmó uno de los rehenes liberados. Una mujer que viajaba en el aparato aseguró que los piratas aéreos les prohibieron abandonar sus asientos, incluso para ir a los lavabos.

El director de Aviación Civil, Mohamed Shlibek, informó de que los captores habían solicitado que se recargara el tanque de combustible de la aeronave para poder volar hasta París, aunque posteriormente pidieron que se les concediera la condición de refugiados en Libia.

Grupo rebelde

Los asaltantes, según el piloto, pertenecían al Movimiento para la Liberación de Sudán (SML), un grupo rebelde de Darfur, y querían reunirse en París con su líder, Abdel Wahed Mohammed al-' Nur. Sin embargo, el SML ha negado que los autores del secuestros fueran miembros del movimiento. Otra facción del SLM, que había firmado un acuerdo de paz con el Gobierno central de Sudán rechazado por Nur, informó de que había siete de sus miembros entre los 87 pasajeros, y que tres de ellos formaban parte del Gobierno de transición de la región.

Las autoridades libias confirmaron que todos los pasajeros, salvo cinco, eran de nacionalidad sudanesa. Entre los extranjeros había dos oficiales de Policía egipcios, dos etíopes y un ugandés.