Nueva exhibición de David Cal

Ayer se exhibió en el canal, asustando a sus rivales. Sus pruebas son el 1.000 y el 1.500, pero tampoco va nada mal en la distancia más corta. Su serie salió rapidísima, aunque no hiciese el mejor crono de todas en la meta. A todo trapo y un pelín alocada. Cal no se cebó. Nervios de acero. Se mantuvo sereno y fue a lo suyo. Ritmo permanente hasta la mitad de la prueba -por ahí pasó en cuarto lugar- para que los rivales vayan madurando. Después llegaría el hachazo. En el último tramo de la carrera remontó posiciones y se adjudicó el primer puesto con autoridad.

Cal exigió más velocidad a los brazos y respondieron. Su frecuencia era muy superior a la del resto. Clavaba la pala con tanta fiereza en el agua que el bote salía despedido varios metros hacia adelante. Los últimos segundos fueron de satisfacción para el español y de frustración para el resto. El gallego se había metido en la final por la vía directa y evitaba gastar energía en las semifinales. El viernes disputará la final de los 1.000 metros -también arrasó en esta modalidad- y está obligado a guardar fuerzas.

Ambicioso

«Las sensaciones son buenas, muy diferentes a los primeros días en Pekín. Hay que pelear por el oro», manifestó Cal nada más salir del agua. De todas formas, España dejó buenas sensaciones con la competición del K-2 de Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial. Acabaron segundos en su serie en una regata en la que los tres primeros pasaban directamente a final. Si las fuerzas y la suerte les acompaña, se podrían meter en la lucha por las medallas.

En la categoría femenina, por su parte, el K-2 de Beatriz Manchón y el K-1 de Teresa Portela buscarán el pase a la final en en la repesca de las 'semis'.