ALEGRÍA. Rafa Nadal eleva los brazos para celebrar su victoria y medalla de oro en los Juego de Pekín. / EFE
TENIS

Nadal comienza su reinado

El manacorense puede cerrar el año con triunfos en el US Open y en la Davis Estrena el liderato mundial con 1.770 puntos de ventaja sobre Roger Federer

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La salida fue Ramón Delgado. La meta estuvo en Fernando González. En medio, un recorrido de seis años y cuatro meses de trabajo, sufrimiento, triunfos y miles de kilómetros que podrían dar varias veces la vuelta al mundo. Rafael Nadal se convirtió este lunes en el tercer español de la era ATP (después de Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà) y el quinto zurdo (el penúltimo fue Marcelo Ríos en 1998) en llegar al número 1. Había sido hasta la fecha el tenista que más tiempo ha permanecido como número 2 del mundo (160 semanas). Pero ahora culmina un año memorable. Roland Garros, Wimbledon, oro olímpico y todavía queda el US Open y la Copa Davis.

El tal Delgado fue el primer hombre en claudicar ante el zurdo de Manacor. Era abril de 2002 y Nadal sólo llevaba unos meses como profesional de la raqueta. Disputaba el torneo de su isla como promesa invitada. El tenista paraguayo, ahora el 293 del mundo, le duró 83 minutos. Con un doble 6-4, el entonces jugador 762 del mundo lograba su primera victoria. Tenía 15 años y 10 meses. Era el noveno jugador de la historia en lograr un triunfo con menos de 16 años. A partir de entonces, todo ha pasado a una velocidad de vértigo.

En 2004 tomó un sorbo del espíritu olímpico. Su estancia en Atenas apenas superó las 24 horas, tras caer eliminado en dobles con Moyà. Dos años después, comenzaban las comparaciones con Björn Björk, otro prodigio de juventud. Igualaba con el genio sueco en número de trofeos levantados (16) en un curso con menos de 20 años.

Además, el escandinavo era el único desde 1980 que había logrado ganar Roland Garros y Wimbledon. Hasta que llegó Nadal.

Cuatro torneos

Rafa Nadal estrena el dominio mundial con 1.770 puntos de ventaja sobre Federer y con altas probabilidades de acabar el año en esa misma posición. El año pasado, Nadal llegó a octavos en el US Open, a cuartos en los Masters Series de Madrid y París y a semifinales de la Copa Masters de Shanghái. Una cosecha de puntos más asequible, en teoría, que la del suizo. Deberá repetir los triunfos en el último grande del año y en China si no quiere ver a Djokovic con posibilidades de quitarle el segundo puesto.

Luego están las sensaciones de las dos principales raquetas del circuito. Nadal ha ido de menos a más. Ha jugado este año 10 finales, ha ganado 8 (perdió en Chennai en enero y en Miami en abril) y acumula un balance de 70-8 en 16 torneos. En cambio, Federer ha disputado 14 torneos y 6 finales. En cuatro de ellas, cayó ante Nadal (Montecarlo, Hamburgo, Roland Garros y Wimbledon) y sólo ha podido ganar en Estoril (frente a Davydenko) y en su jardín de Halle (contra Kohlschreiber). Después, tocó fondo en Toronto, donde cayó en segunda ronda contra el francés Simon, y en Cincinnati, cuando Karlovic lo barrió a raquetazos.

El helvético parece hastiado, cansado sobre todo psicológicamente por tener que pelear cada semana su liderato mundial. En cambio, Nadal es todo ambición. Puede completar un año con tres grandes, el oro olímpico y su segunda Copa Davis. El problema vendrá el curso que viene, cuando tenga que defender su año perfecto.