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La próxima vista del Camino 173 juzgará amenazas y coacciones

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El próximo juicio que enfrentará a las familias del Camino 173 con uno de sus vecinos incluye delitos y faltas de coacciones, amenazas, quebrantamiento de orden de alejamiento y la concesión de una indemnización económica por los destrozos en una de las fincas de este paraje rural (rotura de los contadores de la parcela). Según la representación de las familias, «en el juicio participarán alrededor de cuarenta personas» entre los que se encuentran acusados, acusadores y testigos. De hecho, el proceso juzgará denuncias contra unos y contra otros y se desarrollará a lo largo de varias jornadas a finales del mes de septiembre.

«Hay que intentar restablecer la paz allí», continúa la representante de las familias. De este juicio podrían derivarse penas de cárcel: «Hasta que no salga la sentencia y esta persona entre en prisión, esto no va a parar», añadió.

Tal y como publicó LA VOZ en sus últimas ediciones, el conflicto entre varias familias del Camino 173 –en la barriada rural de Las Pachecas– y uno de los residentes lleva enquistado cuatro años en los que las visitas a los juzgados han sido constantes por las dos partes. Según denuncian los vecinos, este individuo trata de impedir que puedan acceder a sus fincas por este camino de titularidad pública. El individuo en litigio defiende que junto a esta vía transcurre una acequia en una franja de poco más de tres metros de ancho que está calificada de suelo de interés común. Insiste en que este terreno es de la Comunidad de Regantes, organismo que cedió su uso en su día a los colonos y que, por tanto, las entradas a las demás parcelas son ilegales.

A tiempo

«Se están tomando la justicia por su mano y utilizan la jugada de que todos los demás van contra ellos», aseguran. Así, la representante de las familias en litigio recuerda que «intentaron poner una cancela a la entrada del camino, como si fuera suyo. El expediente estaba en la Gerencia de Urbanismo y pudimos pararlo a tiempo. Es como si alguien quisiera cortar la avenida Álvaro Domecq porque no le gustan los vecinos de enfrente. Ellos no son nadie para decidir quién entra y quién sale por ese camino».

Desde la otra parte del conflicto, el implicado indica que «como la orden de alejamiento es recíproca, cuando ellos me denuncian por quebrantarla, los denuncio yo a ellos porque también se la saltan». Así, en el mismo juicio las mismas personas serán demandantes y demandados.

El juicio que comenzará el próximo 29 de septiembre no será el último puesto que los incidentes no dejan de sucederse en este paraje rural. El último de ellos fue, de nuevo, el cavado de una zanja y el alambrado de la entrada de una de las fincas del camino. «Hemos tenido que llevar una hormigonera con la Guardia Civil para que un vecino pudiera reparar el acceso a su parecela», indica la representación de las familias sobre otro incidente similar.

Aunque aún se ha llegado a este punto, el conflicto podría derivar en una solicitud de destierro que tendría que dirimirse, una vez más, en los tribunales.

vmontero@lavozdigital.es