MISTERIO. Fernando Jiménez del Oso. / L.V.
JUANMA LÓPEZ ITURRIAGA EX DEPORTISTA

«Jiménez del Oso me daba escalofríos de miedo»

Su padre mantuvo en un gran secreto que había comprado una tele nueva. Se veía en color, todo un lujo para la España del blanco y negro. «Un día aparecieron unos señores en casa con ella. ¿Qué emoción!». Juanma López Iturriaga (Bilbao, 1959) tenía diez años por entonces. Y aquel fue un año de acontecimientos. No sólo por lo del dichoso aparato en color, sino porque, entre otras cosas de aquel 1969, el hombre llegó a la Luna. Y la tele estuvo ahí para contarlo. «Recuerdo a Hermida narrándolo, el anuncio de Arias Navarro por la muerte de Franco, el Un, dos, tres... con ese pedazo de actor que era don Cicuta, los relojes de Kiko, las gafas sin cristales de Victoria Abril... ¿Quién no ha jugado en los largos viajes en coche de aquella época al Un, dos, tres...?».

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Son las imágenes de los niños que nacieron en los años 60. Una década en la que se emitió con gran éxito y repercusión mediática un concurso televisivo: Un millón para el mejor. «Yo soñaba con presentarme y que me diesen ese maletín donde enseñaban el dinero todo ordenadito... Allí conocimos a gente como Secundino Gallego, que sabía más de pájaros que Pocholo de fiestas», bromea el ex baloncestista.

Como a casi todos los niños, el misterio y el miedo ejercían en él cierta atracción y de esto aprendió con los mejores maestros. «Veía las presentaciones de una serie de capítulos cortos de Hitchcock, me cagaba de miedo y me iba a la cama. También estaba Narciso Ibáñez Serrador con sus Historias para no dormir, e incluso Jiménez del Oso, que hacía programas medio esotéricos y ponía una voz... ¿Uff! Me daba escalofríos». Reconoce Iturriaga, quien, a propósito de esto, se acuerda también de que de niño siempre tuvo tirria a dos personajes que otros juzgan entrañables. «Detestaba al Correcaminos y a Piolín».