FELICIDAD PLENA. Samuel Sánchez se echa las manos a la cabeza tras cruzar la línea de meta y convertirse en campeón olímpico. / EFE
SAMUEL SÁNCHEZ

«He bajado piñones, he cerrado los ojos y he dicho: 'A tope'»

De la megafonía de Juyongguan, una de las puertas de la Gran Muralla, sale un pasodoble. China es previsora. Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para del Deporte corre, y suda más que corre. Teléfono en mano. «Es el Rey, es el Rey. Que quiere hablar con Samuel», repite. Al asturiano ya se lo han llevado. Antes le localiza el Príncipe Felipe. También por teléfono. «Samu, que es el 'Príncipe'», le reclaman. «Majestad», dice primero el corredor. «Muchas gracias.... Me tiemblan las piernas», prosigue el campeón olímpico. Varios voluntarios de la organización le apremian para acudir a la rueda de prensa. Pero no se le puede colgar al Príncipe Felipe. Samuel coge confianza: «Pues, sabe, somos familia lejana. Mi abuela...». Algún vínculo con Doña Letizia. El lazo asturiano. Samuel habla y sonríe. No se lo cree. «Ah, que nos vemos en la cena, en la Casa de España de Pekín...». Más sorpresas. Tantas que al presentarse ante los periodistas, agarra una cámara y les saca una foto. Como si necesitara una prueba de lo que estaba viviendo. Empieza a creerlo. «Ni hao», saluda en chino con su sonrisa de oro.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

-Se ha emocionado al entrar. ¿En qué pensaba?

-En mi madre, en mi abuela. Son las dos personas que más me han ayudado. Mi madre me decía que yo podía ser capaz de conseguir lo que quisiera si creía en mí mismo.

-Se le ve abrumado.

-Claro. Todavía no soy consciente de todo esto. Hasta que me duche, descanse y me pare a pensarlo, no me daré cuenta de lo que he hecho. Cuando hable con mi mujer, con los amigos de toda la vida...

-Es un triunfo histórico.

-Siempre digo que ser campeón olímpico es lo más rentable. Lo ganas un día y lo disfrutas durante cuatro años.

-El primer español que lo consigue. Pionero.

-Suena a tópico, pero es que es un sueño. Cuando crucé la línea de meta no sabía ni qué hacer. Si pegar saltos o chillar... Todavía no sé qué hacer. Me lo contaba el otro día Carlos (Sastre), que acaba de ganar el Tour. Me decía que hasta que pasan unos días no te lo crees.

-Cuando se ha quedado en cabeza con Rebellin y Schleck, ¿pensaba ya en el oro?

-Sabía que al ser tres, tenía ya asegurada una 'chapa'. A mí me valía con eso. Si vienes a los Juegos y no sacas medalla, no vale para nada. Al ver que llegó Cancellara supe que todo se iba a complicar. Pero sabía que los que nos habían cogido estaban más cansados. Atacó Kolobnev y vi que estaba flojo. Entonces bajé piñones, cerré los ojos y me dije: 'A tope. Hasta donde llegue'.

-A tope, pero guardando un poco para el sprint.

-Siempre se guarda algo. Venía con miedo por los calambres. En el Tour lo pasé mal un par de días.

-Con 18 años se subió a un coche, solo, y se marchó a Bilbao para hacerse ciclista. ¿Qué le diría a aquel conductor novato?

-Que todo se consigue con sacrificio. Hay que sacrificarlo todo por lo que quieres.

-¿Es el triunfo de la madurez?

-Sí. Ahora me entreno mejor, soy más metódico y cuido más los pequeños detalles que antes no cuidaba. Yo antes lanzaba muchos tiros al aire, pero es un error. Ahora cuando disparo es porque creo que voy a dar en la diana.

-Todos esperaban a Valverde y Bettini. Y surgieron los lugartenientes, Rebellin y usted.

-Yo sabía que estaba bien. Vengo de ser séptimo en el Tour y en la Clásica de San Sebastián me sentí a tono. El único miedo que tenía era lo difícil que resulta controlar una carrera con sólo cinco corredores. Y el calor y la deshidratación. Y sobre todo los calambres.

-Pues han controlado a la perfección la carrera.

-Es que más que una selección somos un equipo. Sastre ha sido el capitán y Antequera (seleccionador) es un monstruo. Por el trabajo de todos hemos conseguido esto.

-El primer oro español de los Juegos.

-Espero que sirva para romper el fuego. Los ciclistas españoles llevamos un año espectacular. Y los Juegos suponen la confirmación. En un recorrido bellísimo. La primera vez que vimos la muralla nos quedamos asustados.

-Como asusta el deporte español.

-Estamos en una época de oro. Nadal es el número uno. La selección gana la Eurocopa. Más Pau Gasol, Fernando Alonso... Han coincidido buenas generaciones. Y creo que el Gobierno está apoyando al deporte. Aunque al final, todo depende del trabajo y el amor propio de cada deportista.