DETRÁS DEL MOSTRADOR

Larga carrera de simpatía

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ino con la conversión de la calle Larga en zona peatonal. Perfecta arteria para el paseo. Tuvo el privilegio de ser el primero en colocar los veladores en el nuevo aspecto que ofrecía el centro de Jerez. Se trata de La Canilla, un bar pequeñito pero con amplia clientela. Pepe Barro lleva cuatro años de encargado del establecimiento. «Fue el primer bar que se estableció después de haberse cerrado La Venencia», comenta. Ahora ya forma parte de la fisonomía de la ciudad. «Desde un comienzo, todo ha ido de dulce en el bar. Ya llevamos once años y no hemos parado de servir copas, gracias a Dios», comenta Pepe. La Canilla es un lugar con sus propias peculiaridades. Entre otras cosas, todavía conserva la figura del limpia botas.