El número de visitantes atendidos en la Oficina de Turismo cae un 10,3%

La «aldea» jerezana tampoco se salva de los vaivenes de la economía global, explicó ayer el delegado de Fomento, Francisco Lebrero, haciendo suyas las palabras del teórico de la comunicación canadiense Marshall McLuhan. Y es que la negativa coyuntura mundial está afectando además a todos los sectores, como se pudo comprobar ayer en la presentación del barómetro turístico referente al segundo trimestre del año.

Uno de los principales indicadores en esta materia que ha caído de manera importante, según pone de relieve el citado estudio, es el número de visitantes atendidos por la Oficina de Turismo. En conjunto, entre los meses de abril, mayo y junio se han recibido 26.545 solicitudes, lo que supone un 10,28 % menos que el mismo periodo del año anterior.

El barómetro resalta que la principal motivación de los visitantes a la hora de venir a Jerez siguen siendo las bodegas, que centra la mayor parte de demandas de información en la oficina, concretamente un 18,99%.

En este trimestre vuelve a ser España el principal mercado emisor, seguido de Alemania, Reino unido y Francia. En el mercado nacional, la comunidad de Andalucía es la que más turistas aporta, seguida de Madrid, País Vasco, Cataluña, Castilla y León y Aragón.

Por otro lado, de los visitantes que han llegado a nuestra ciudad, más de un 49% se ha alojado en Jerez. Sigue siendo de casi un 50% el porcentaje de visitantes que elige el hotel como tipo de alojamiento, seguido del apartamento (14%) y con la familia en un 12% de los casos.

Las estancias de dos noches (28,23%), así como las estancias de más de siete noches (20,16%), son las más frecuentes por parte de quienes pernoctan en Jerez.

El servicio más valorado por los visitantes continúa siendo la atención y el trato de los ciudadanos (9,28 puntos), seguida de la información de la ciudad (8,87 puntos). Así, a pesar de que algunos indicadores no son todo lo positivos que se desearía, hay datos sobre la mesa que animan a seguir trabajando con «paciencia», según dijo ayer Lebrero, para navegar por los «mares revueltos» de la crisis.

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