En el informe 'Contaminación Química en los emplazamientos de reciclaje y gestión de residuos electrónicos", Greenpeace revela una "contaminación severa por sustancias peligrosas". /ARCHIVO
Los niños son los más afectados

Greenpace denuncia la contaminación electrónica en Ghana

Al país africano llegan contenedores llenos de ordenadores, monitores y televisores procedentes de Europa, EEUU y Japón, altamente tóxicos en su reciclaje y etiquetados de "forma fraudulenta"

MADRID Actualizado: Guardar
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Los residuos electrónicos europeos, estadounidenses y japoneses están contaminando Ghana, según ha denunciado Greenpeace en el informe 'Contaminación Química en los emplazamientos de reciclaje y gestión de residuos electrónicos", que revela una "contaminación severa por sustancias peligrosas" en los desguaces del país africano.

Según ha informado la organización, un grupo de investigadores analizó suelos y sedimentos recogidos en dos plantas de reciclaje para materiales electrónicos de las ciudades de Accra y Korforidu, y encontró sustancias "altamente tóxicas". Tras el análisis, Greenpeace ha asegurado que algunas de esas sustancias "pueden afectar al desarrollo del sistema reproductor de los niños, mientras que otras pueden alterar su desarrollo cerebral y del sistema nervioso".

Restos de metales tóxicos y sustancias cancerígenas

Greenpeace ha explicado en su informe que a Ghana llegan por barco contenedores llenos de ordenadores, monitores y televisores de marcas como Philips, Sony, Microsoft, Nokia, Dell, Canon y Siemens, procedentes, entre otros lugares, de países europeos y "etiquetados de forma fraudulenta como bienes de segunda mano".

La organización denuncia que "la mayoría de la carga que llevan los contenedores acaba en desguaces, donde son apisonados y quemados por trabajadores, que en su mayoría son niños, sin ningún tipo de protección" y ha alertado del riesgo potencial de la exposición a las sustancias tóxicas.

Entre los resultados, la organización ha encontrado "metales tóxicos, entre los que se detectó plomo en cantidades cien veces superiores a las muestras de suelos y sedimentos no contaminados", y restos de ftalatos, una sustancia química que puede alterar la reproducción sexual. Asimismo, Greenpeace ha destacado que "una de las muestras analizadas contiene altos niveles de dioxinas cloradas, cuya consecuencia más importante en el cuerpo humano es la capacidad de provocar cáncer".