MÚSICA | ENTREVISTA

Javier Ruibal rechaza la canción "apanfletada" porque "no se puede sermonear"

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Javier Ruibal forma parte de una generación de cantautores que no se guía por reglas fijas cuando crea sus canciones y su música, con las que desde hace 25 años "vibra" y se mantiene lejos de la canción de autor "apanfletada", ya que "no se puede ir por la vida dando el sermón a los demás".

El músico gaditano, que mañana ofrece un concierto en Valladolid, ha explicado en una entrevista con Efe cómo ahora "afortunadamente", el curso político se puede orientar "metiendo el voto en las urnas", por lo que se ha desvinculado de la canción protesta de los inicios de la música de autor, a mediados de la decada de los setenta.

Ruibal (Puerto de Santa María -Cádiz-, 1955) abrió su trayectoria en 1983 con la publicación del disco "Duna", al que han seguido siete trabajos más, y ha compuesto versos para artistas tan dispares como Ana Belén, Martirio, Mónica Molina y Pasión Vega, quien a su juicio ha sido la "más ajustada" a la hora de cantar sus canciones.

"Trabajar para uno mismo es lo mejor", ha aclarado el compositor, quien ha señalado que cuando dona "por encargo" una de sus composiciones a otro artista, piensa en "quién va a ser el portavoz" para escribir a su medida y esperar a que de "el visto bueno".

Con otros ha cantado, como Pablo Milanés, Carlos Cano y Joaquín Sabina, artistas con quienes comparte un oficio que "sirva para ser libres y aportar cosas al bagaje espiritual del público", ha concretado.

Durante el primer cuarto de siglo de su trayectoria musical, sus textos han permanecido vinculados en gran parte a la poesía española, sobre todo con la generación del 27, a su juicio formada por unos "gigantes" a los que intenta emular tratando de "dignificar sus imágenes".

Ruibal, quien mañana presenta en Valladolid sus canciones de siempre y los temas de su último trabajo "Lo que me dice tu boca", se ha autodenominado "de ciencias", por lo que no ha dudado en asegurar que se siente "más seguro" de la música que compone, a la que concede un setenta por ciento de importancia, frente a la letra.

El jazz, el flamenco, el rock y músicas procedentes de todo el mundo son las protagonistas de sus piezas, una fusión que se compone de músicas "leales con el arte" y con las que "vibra".

En cuanto a la industria musical del momento, donde el directo y las giras de conciertos están tomando protagonismo, Ruibal se desnuda "ante el público" y sólo graba un nuevo disco cuando tiene algo que contar, ya que dice creer en el directo, en donde "prima el público".

De aquí a un año, sus planes se centran en la grabación de dos discos: uno en directo donde sus composiciones tomarán otro color con una orquesta sinfónica, y otro con canciones sobre los "niños que trabajan pero no pierden la alegría", y en el que se criticará esta "maldad".