CRÍTICA DE TV

Playeros

El viernes Cuatro estrenó programa, Ola-Ola. Bueno, esto de estreno es un decir. Ola-Ola es un Callejeros de verano, en el que se ha cambiado las calles por las playas. Callejeros está siendo una de las víctimas colaterales de la guerra a muerte que mantienen Mediapro y Sogecable. Producida por Mediapro y emitida por Cuatro, la cadena de Sogecable, resulta evidente que eso es algo que no iba a durar mucho. Y al final Mediapro ha cortado el grifo, es decir, ha dejado de vender sus programas a Sogecable.

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Pero como Callejeros ha dado unos aceptables resultados de audiencia a Cuatro (en cualquier otra cadena las cifras habrían significado un desastre, pero en Cuatro, con unas audiencias lamentables, fue todo un éxito), la cadena no estaba dispuesta a renunciar a una de sus escasas gallinas que le ponían huevos de oro. Y como en televisión está todo inventado, se ha tratado de hacer lo mismo de Callejeros pero sin que se note, y acorde con el verano. Playeros habría resultado demasiado evidente, así que el programa se ha quedado con un Ola-Ola, al menos durante seis semanas que es lo que han prometido que durará este recorrido por las playas españolas, aunque más que por las playas, a raíz de lo visto en el primer capítulo, el recorrido es por las gentes de las playas. Y a la vez y tras Ola-Ola, la reposición de uno de los antiguos Callejeros dedicados al tráfico y a las infracciones en las carreteras, con la operación salida, pero la de Semana Santa.

Cabe reconocer que Ola-Ola es un programa que produce satisfacción al crítico. No por su calidad, que no innova nada, sino por lo que muestra: Esa fauna que puebla nuestras playas en agosto, horteras de discoteca a pleno sol, funcionarios ociosos en bañador rascándose la barriga y marujas en bikini con todos sus michelines expuestos sin el menor recato, hacen que uno de gracias por quedarse trabajando en agosto y no mezclarse con semejante ganado. El programa presentó de todo, gente tostándose al sol, trabajadores de los chiringuitos soportando la crisis, e incluso pescadores. Las playas dan para mucho, y Ola-Ola lo mostró.