COMPÁS. La Mari y su grupo repasaron su repertorio más clásico y los temas de su último disco, 'Con otro aire'. / NURIA REINA
Cultura

Chambao, reyes con castillo

La Mari y los suyos presentan ante más de 4.000 personas entregadas a los ritmos de 'flamenco chill' de su último trabajo 'Con otro aire' y cautivan con otros de sus éxitos

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La música acústica, con ritmos cada vez menos eléctricos y más étnicos, y el sonido natural del que puede presumir Chambao y la garganta de La Mari predecían que lo que ayer iba a ocurrir en el Castillo de San Sebastián iba a ser mágico. El mar, las olas, la piedra, y los sonidos del grupo malagueño fueron los ingredientes perfectos para una noche llena de ganas de disfrutar por la música. Porque, sobre todo, ayer en las inmediaciones de La Caleta había muchas ganas de pasarlo bien.

La Mari tenía al público entregado desde el primer momento. «Esa Mari, esa Mari, es...», gritaban al escuchar los primeros ritmos. Hubo química. Ya decía el jueves la vocal de estos precursores del flamenco chill que en Cádiz se «respira cariño por todos lados» y ayer hubo muchos que se rindieron a sus pies nada más pisar el escenario. «Abriendo bien los ojos y fundirme con el aire», cantaba en el tema de bienvenida que sonó con fuerza, quizá con demasiada que a veces llegó a retumbar demasiado. Aún así, primeros aplausos. «Qué muchas gracias por venir, qué os quiero mucho, mucho y que disfruteis», decía la malagueña «emocionada». «Teníamos muchas ganas de veros y de tó, Esas palmas buenas», exclamaba La Mari. «Olé», se le gritaba desde el público que se arrancaba a compás.

Las primeras canciones interpretadas correspondían a su última producción, Con Otro Aire (2007) como su último single, Capricho de colores, que con ciertos aire de tango gaditano empezaban a despertar los primeros bailes. Así, poquito a poco, «y con mucho arte» Chambao desgranaba temas de su último trabajo que a diferencia de sus primeros álbumes incluye sonidos e instrumentos de percusión y viento de otras latitudes, instrumentos como el kanun, el laúd o el saz, sonidos percutivos de darbuka, dahola, o davul, una clara influencia de la cultura morisca que, a orilla del Atlántico (al otro lado del muro) sonaba de manera especial. También hubo temas de discos anteriores como la canción Pokito a Poko o Playas de Barbate muy esperadas y cantadas, y otros como en los primeros arranques la canción Chambao del disco que les lanzó después de ser descubiertos en Flamenco Chill, el trabajo Endorfinas en la mente.

«Y esta va dedicada para vosotros y cada uno de vosotros». Entonces, la Mari cantaba Duende del sur, un tema que incluye versos de los GipsyKings y que hicieron suyos todo el público. Luego, un popurri con grandes éxitos como Playas de Barbate o Los muchachos de mi barrio. Sin faltar más tarde su simbólica Ahí estás tu y Papeles mojados. «A ver si puedo devolveros el cariño que me dais». Por el entusiasmo del público, lo consiguió.