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El número de suspensiones de pagos en Cádiz se triplica en el primer semestre

Antes eran quiebras o suspensiones de pagos. Ahora se llaman procesos concursales. La filosofía es la misma: una empresa se ve incapaz de afrontar sus facturas y acude a la justicia a reconocer su incapacidad (también puede actuar de oficio el juzgado cuando descubre el agujero). En cualquier caso, se imponen administradores y se idea un plan bien para intentar salvar la compañía, bien para liquidarla. Hasta 21 firmas acudieron a un concurso en la provincia de Cádiz durante el primer semestre del año, el triple de las siete que abdicaron durante el mismo periodo del ejercicio de 2007.

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El Instituto Nacional de Estadística sumó ayer otra muesca a la ya sobrecargada barra de problemas económicos de la provincia y estableció que en el segundo trimestre del año se abrieron 10 procesos judiciales de suspensión de pagos (sea un caso voluntario o involuntario la principal ventaja es que la empresa queda eximida del pago a proveedores a corto plazo, mientras se perfila su plan de viabilidad). Hace justo un año, apenas fueron tres en el mismo periodo de tiempo. El sector de la construcción y las pequeñas empresas auxiliares son las más afectadas por la crisis económica actual.