FIN DE LA ALERTA. Un policía municipal retira la cinta que cortaba los accesos a una de las playas de Torremolinos. / REUTERS
ESPAÑA

La Policía teme una campaña de ETA en Andalucía tras la bomba de Málaga

ETA reapareció la madrugada de ayer en Andalucía seis años después de su última acción en esta comunidad. Los terroristas colocaron un artefacto de escasa potencia en una playa de la localidad malagueña de Torremolinos que no causó daños personales ni desperfectos.

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Horas antes, un chatarrero había encontrado en una escombrera cercana una pistola y material para confeccionar bombas. El Ministerio del Interior, a pesar de asegurar que no hay pruebas de que la banda tenga infraestructura en Andalucía, puso ayer en alerta a todos los efectivos ante una posible ofensiva en la Costa del Sol en los próximos días.

El artefacto estalló a las 12.20 de la madrugada sin que mediara la habitual llamada de aviso de los terroristas durante las campañas de verano. La bomba, de no más de un kilo de explosivo, estaba situada bajo un pequeño puente peatonal que salva un arroyo, en el paseo marítimo de La Carihuela, un barrio de las afueras de Torremolinos, justo en el límite con Benalmádena. El estallido sólo provocó un cráter de un metro de diámetro y apenas 40 centímetros de profundidad.

Ni siquiera los cristales de un chiringuito que se encuentra ubicado a diez metros del puente se rompieron. Sin embargo, el estruendo se oyó con claridad en toda La Carihuela y una gran humareda llenó el lugar, según los testigos presenciales. Un turista que se encontraba en las inmediaciones tuvo que ser atendido debido al aturdimiento y se vivieron escenas de nerviosismo entre los huéspedes del hotel Sol Aloha Puerto, situado a 300 metros del foco de la explosión.

De inmediato la zona fue acordonada por efectivos municipales y de la Policía Nacional. Durante la noche, especialistas de los Tedax de la Policía Nacional recogieron restos del explosivo para su análisis. A las 3.30 horas se levantó el cordón de seguridad y con las primeras horas del día la zona recobró la normalidad y los turistas volvieron a llenar la popular playa de La Carihuela.

Desde un principio, los servicios de Información de la Policía atribuyeron el atentado a ETA, a pesar de que no había llamada en nombre de la banda. Horas antes de la explosión, a última hora de la tarde del lunes, un chatarrero había encontrado en una escombrera cercana, ubicada en las inmediaciones de las obras de la carretera de circunvalación y de la autovía que une Málaga con Algeciras, una mochila, una bolsa y una riñonera.

En el interior había una pistola Smith & Wesson, procedente de la partida de 350 armas robadas en Vauvert en octubre de 2006 e idéntica a la encontrada en poder del 'liberado' del 'complejo Vizcaya' Arkaitz Goikoetxea. Además, se encontraron dos cargadores de 9 milímetros 'parabellum', un temporizador, un reloj-detonador, tarteras de plástico, dos pilas de petaca, un carné militar listo para ser falsificado y un papel con breves instrucciones en euskera para la manipulación de explosivos. El chatarrero llevó las armas y los cargadores a la Policía Municipal, que dio aviso a las fuerzas de seguridad.

Los servicios de Información de la Policía Nacional trabajan con dos hipótesis. La primera, menos probable, es que las armas y el material para fabricar explosivos fueran parte de una entrega al comando que cometió el atentado de La Carihuela. La segunda, que gana peso conforme pasan las horas, es que los terroristas se deshicieran apresuradamente de los efectos que pudieran relacionarles con ETA tras abandonar la bomba de Torremolinos, ya temporizada.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, explicó que, a pesar de este atentado, no hay indicios de que la banda terrorista tenga una infraestructura en Andalucía. Pese a ello, los mandos de la lucha antiterrorista temen una ofensiva en los próximos días y no descartan que el 'talde' de Torremolinos haya dejado temporizados otros artefactos antes de abandonar el material sobrante en la escombrera. Los responsables de Información recuerdan que nunca un comando viaja en campaña de verano para colocar una única bomba.

No obstante, también apuntan la posibilidad de que el grupo, tras conocer la desarticulación del 'complejo Vizcaya' (con el que quizá guardara algún tipo de relación) y sus planes de atentar en Andalucía, haya temido por su seguridad y haya desistido tras un primer ataque de poca envergadura.