«Mi hijo me habló tanto de la ciudad que, antes de llegar, ya la amaba»

Había mostrado gran interés por pasar todas las horas posibles en Cádiz. Aunque los artistas de su talla suelen llegar a la ciudad en la que actúan con apenas margen para hacer las pruebas de sonido, Caetano Veloso estaba interesado por ver. Su hijo, también músico y colaborador de su padre, Moreno, le había hablado muchas veces de Cádiz «con entusiasmo», aunque Caetano admite que es una de las pocas capitales de provincia de Andalucía que no conocía. Quizás por eso llegó en la noche del domingo, con tiempo para descansar y descubrir al menos unos metros de ese pequeño lugar mágico del que le hablaban. Alojado en el Parador Hotel Atlántico, tuvo ocasión ayer de recorrer algunos pocos paisajes, casualmente cercanos al emplazamiento histórico en el que estaba ubicado el escenario.

Caetano Veloso almorzó fi-nalmente en el mismo edificio en el que estaba alojado, aunque había un proyecto de viajar hasta San Fernando. Allí quería buscar huellas, imágenes, de otro artista mítico que Veloso reconoce como referencia absoluta. Se trata de Camarón de La Isla. Finalmente, ese viaje se complicó y quedó en menos de lo que le habría gustado al brasileño.

Al menos, tuvo ocasión de conocer algo de esa luz que le había relatado Moreno. La profesionalidad, en cualquier caso, le pudo y llegó al Castillo de San Sebastián al borde de las ocho y media de la noche, con más de dos horas de antelación respecto a la hora anunciada para el inicio del espectáculo.

Desde ese lugar, también pudo hacerse una idea de lo que le contaban sobre una ciudad clavada en pleno mar. En sus primeras palabras al público, lo recordó: «Mi hijo me habló tanto de esta ciudad que, antes de venir, ya la amaba».