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El rey belga aboga por inventar «una nueva forma de vivir en el país» en unidad

El rey Alberto II pidió ayer a los belgas que inventen «nuevas formas de vivir juntos en nuestro país» a fin de solucionar la grave y preocupante crisis política que afronta la nación desde hace un año por las fuertes diferencias entre flamencos y francófonos sobre la reforma del Estado. En su discurso al país con motivo de la fiesta nacional que Bélgica celebra hoy, el monarca aseguró que «la unión y la tolerancia» dentro del respeto de las regiones federadas constituyen «la única vía posible» en una sociedad democrática.

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El rey comenzó su intervención recordando el inminente decimoquinto aniversario de la muerte de su hermano, Balduino I, y continuó inmediatamente reconociendo que Bélgica atraviesa «serias dificultades políticas», aunque recalcó que «las dificultades y las crisis son también ocasiones para recuperarse». «Debemos inventar nuevas formas para vivir juntos en nuestro país», señaló.

Alberto II rechazó el pasado jueves la dimisión que le había presentado el lunes el primer ministro, el democristiano flamenco Yves Leterme, y nombró a tres mediadores para establecer las bases de una recuperación del diálogo entre flamencos y francófonos. El monarca recibirá mañana a los tres árbitros, que deben presentar el 31 de este mes un informe con las líneas generales de una gran conferencia para una reforma del Estado, así como sobre la composición del grupo negociador y el calendario.

Los flamencos buscan una nueva descentralización del Estado, con más poder para las regiones, frente al recelo de los francófonos, que temen perder la solidaridad económica de sus ricos vecinos, mientras que en los últimos meses se han agudizado las disputas entre ambas comunidades en la zona periférica de Bruselas.

El discurso no se centró sólo en la situación política, sino que el rey alertó del aumento de la pobreza en el país -este año especialmente actual por la crisis económica- y de la violencia juvenil.