CONTROL. La Guardia Civil realiza pruebas de detección de drogas a los ciudadanos. / ROMÁN RÍOS
Jerez

Proyecto Hombre cuadruplica el número de usuarios en verano

Los profesionales advierten que la época estival es un periodo de riesgo y recomiendan a los padres que no bajen la guardia con sus hijos El centro ha pasado de atender de uno a cuatro adolescentes por semana

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La estación del año que la mayoría de los ciudadanos espera con ansia se puede convertir en una verdadera pesadilla para otros tantos. El inicio del verano es una de las épocas en las que el número de usuarios que acude a Proyecto Hombre se multiplica de forma alarmante, hasta el punto de que en Jerez se ha cuadruplicado con respecto al resto del año. En concreto, si los profesionales de la asociación reciben a un joven por semana, cuando comienza la época estival son hasta cuatro los que requieren sus servicios.

Este incremento se fundamenta, como explicó el presidente del colectivo, Luis Bononato, en que durante las vacaciones los padres pasan más tiempo con sus hijos y son capaces de detectar más situaciones de consumo de estupefacientes. «El resto del año hay una mayor ausencia de los padres, pero en verano, también a raíz de las notas, ven que el niño no estudia y se dan cuenta de que pasa algo. Por ello deciden ir al centro».

Un comportamiento similar ocurre en otras épocas del año como Navidad o principios de curso, cuando vuelven las normas tras el relax del verano, conocidas por los expertos como «periodos de referencia». Durante las vacaciones, además, los jóvenes frecuentan más los ambientes de riesgo y la oportunidad de mantener contacto con las drogas aumenta. Para ello, la recomendación principal que desde Proyecto Hombre se ofrece a los progenitores es la de no bajar la guardia en ningún momento con sus hijos, manteniendo un control de sus amistades y sus salidas.

«Hay que saber con quiénes van, conocer a sus nuevos amigos e incluso entablar relación con los padres de éstos, pues todo ello nos dará indicadores de por dónde se mueven. En verano los factores de riesgo se multiplican porque todos nos relajamos, los horarios también se relajan y el riesgo aumenta». Otro consejo de utilidad es que se mantenga la comunicación con los jóvenes y se propongan actividades que involucren a toda la familia, fomentando la unidad e impidiendo, aunque se mantenga cierta independencia, que cada uno «esté por su lado» durante las vacaciones.

Sustancias frecuentes

En lo que respecta a las adicciones más frecuentes, el hachís continúa estando a la cabeza de los problemas que son tratados en el centro, seguido del consumo de cocaína, aunque esta droga es más frecuentada por adultos, a partir de los 20 años.

«Lo que está claro es que en verano hay más droga, sobre todo en las zonas de veraneo, porque su consumo se relaciona con el ocio y la diversión. Antes salías con los amigos y si estabas a gusto te tomabas una cerveza o una copa, pero ahora es al revés, el objetivo es salir para coger el punto, y encima en verano se sale todos los días».

En Proyecto Hombre, a la programación habitual se suman en este periodo otras actividades de carácter lúdico enfocadas especialmente al disfrute del ocio y el tiempo libre de los usuarios, con salidas a la sierra y otras iniciativas de carácter educativo-terapéutico. La atención a los menores, además, se traslada de las tardes a las mañanas, pero en el caso de los grupos de autoayuda con familias el horario se mantiene.

La asociación ofrece en la actualidad tres programas diferenciados, según el tipo de persona y la adicción que presente. El programa base se centra en perfiles más desestructurados, para aquellos que no tienen familia o están en prisión, y padecen problemas relacionados con la heroína o el alcohol. El programa joven está orientado a los adolescentes de entre 14 y 20 años, que suelen consumir hachís o tienen adicciones relacionadas con las nuevas tecnologías.

En el tercero de ellos, específico de cocaína, se trata a adultos adictos a esta sustancia o al alcohol, además de a ludópatas, pero que no pertenecen a familias desestructuradas y cuentan con la ayuda de éstas, fundamental para que su camino de reinserción resulte menos complicado.

admontalvo@lavozdigital.es