jaulas sin ayudas
La futura sustitución de las jaulas de aves antes de 2012, de acuerdo con la normativa europea, va a conllevar una importante inversión. Llega en un momento donde la capacidad financiera de las empresas es reducida. La Organización Interprofesional del Huevo y sus Productos (Inprovo) estima que se deben invertir 600 millones de euros para adaptarse a la nueva regulación. Una inversión que si repercutiera en la producción de un año supondría un incremento de precio de 0,6 euros la docena, ya que en España en 2007 se pusieron en el mercado 928 millones de docenas de huevos.
Actualizado: GuardarInprovo ha intentado potenciar líneas de ayuda a través de los planes de desarrollo rural, para favorecer el cumplimiento de esta normativa, pero los resultados no han sido los esperados. El problema, que lo es, no es tan catastrofista como se plantea desde esta organización, que anuncia la posible desaparición del sector. Entre otros motivos porque, en general, las inversiones no se amortizan en un año, por lo que su repercusión unitaria es mucho menor. Sin embargo, aunque el efecto puede no ser tan grave, es cierto que se une a una situación general y a una sucesión de circunstancias que sí lo son.
Al igual que sucede a gran parte de los subsectores agrarios en la UE, estos rigurosos y costosos requisitos de seguridad alimentaria y bienestar animal no son exigidos en países de importación. Hay que recordar que Asia controla más del 65 por ciento de la producción de huevo mundial, mientras que la UE sólo produce el 17 por ciento.
China monopoliza el 42 por ciento de este mercado. España tiene un balance comercial exterior positivo en el caso de huevos y ovoproductos, con importaciones que en 2006 no llegaron a los 34 millones de euros y exportaciones que superan los 113 millones de euros, según datos del Instituto de Comercio Exterior. El censo de gallinas ponedoras supera los 40 millones, pero se ha visto reducido en un 20 por ciento en los últimos cinco años.
